Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Aunque su verdadero nombre era José Heredia Bermúdez, en el mundo artístico se le conocecomo Ray Heredia. Era amiguito mío, más de diez años le llevaba yo, de modo que su hermana, Marta Heredia, gran artista y amiga también, y yo, siempre le llamábamos “el niño”. Coincidimos actuando en el tablao Flamenco “Los Canasteros”, ya desaparecido asimismo.

Y, un toque de humor, para añadir a estas tristes líneas que me recuerdan su fallecimiento, es que cuando ella y yo, durante el descanso, nos poníamos a conversar, él siempre nos vigilaba. Por supuesto, solíamos “mandarle a paseo”, como se dice en España, y él se veía obligado a marcharse, protestando.

Ray nació en Madrid el 28 de noviembre de 1962, en el seno de una familia gitana de grandes artistas, siendo hijo del bailaor Josele. Dotado de un talento y sensibilidad especial, era capaz de tocar, con gran arte, diversos instrumentos musicales. Ese hecho hizo que se le apodara con el sobrenombre de “El Prince Español”.A principios de los 80, junto a José Soto “Sorderita”,yJuan Carmona,fundó el grupo “Ketama”, uno de los primeros del llamado “Nuevo Flamenco”, cuyo estilo se encargó de enriquecer ese arte y acercarlo al público mediante la fusión con otros géneros.

En “Ketama” Ray fue cantante, guitarrista, y percusionista, además de componer muchas de sus canciones. El grupo estaba más inspirado por la música latina, caribeña, afrocubana, africana, así como por el popy los ritmosfunkies, a diferencia de la de los hermanos Amador, de Veneno y Pata Negra, más orientados hacia el blues.

Siendo sustituido, como guitarrista, por Josemi Carmona,quien tenía, entonces, sólo dieciséis años, Ray abandonó el grupo, para comenzar su carrera en solitario. Consideraba que su talento podía verse limitado al estar sometido a la disciplina de un conjunto.En 1991, ya era popular y admirado. Su disco “Quien no corre, vuela” fue considerado como uno de los institucionales del innovador estilo, anteriormente mencionado. Esto le convirtió en uno de los compositores e intérpretesmás prestigiosos y renovadores. También en “la gran promesa” que, con tan sólo veintiocho años de edad,teníatoda una vida artística por delante.Por desgracia, mi amigo querido no llegó a ver su obra publicada, el 6 de junio de 1991.

Recuerdo que me encontré con él cerca de la Plaza Jacinto Benavente de Madrid y me obsequió un CD, con gran cariño y una ancha sonrisa. El disco incluye una canción que aún me hace vibrar y que otros renombrados artistas han interpretado: “Alegría de Vivir”. ¡Qué ironías tiene la vida! La banda sonora de la película “Sobreviviré” (1999) de David Menkes y Alfonso Albacete, un gran éxito en ventas, tuvo como tema principal este prestigioso y hermoso tema.

Yo me marcharía pocos días después a Bruselas para trabajar en un largometraje y así se lo dije. – ¡No dejes de hacerme propaganda allí! – me pidió él. Nos despedimos con un beso y un abrazo, el último que nos daríamos.El 14 de julio, estando yo todavía en Bélgica, recibí la triste noticia de que Ray había dado su último suspiro. Su corazón le falló mientras descansaba. No pudo disfrutar de su éxito a pesar de su juventud. Pero siempre quedará en la memoria de nuestro arte Flamenco y en la de los que le amamos.

El Nacional

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