El presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD) no midió las consecuencias de su propuesta de paralizar de manera conjunta los hospitales y las escuelas públicas en protesta contra la sentencia que condenó a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en Barahona.
Con la ligereza que se convocan y el carácter deportivo que suelen tomar la suspensión de los servicios de salud y de la enseñanza, Waldo Ariel Suero podría estar, con su planteamiento, encendiendo un cerillo en una pradera. Hay que suponer el daño que ocasionaría al sistema educativo que los maestros se adhieran a las tan prolongadas como frecuentes huelgas en los hospitales.
Que el CMD y la ADP se apoyen mutuamente en sus demandas es una cosa, pero la suspensión de las labores es otra que no se puede aceptar. Los médicos y los maestros tienen derecho a reclamar mejores condiciones de trabajo, pero no a castigar a la población con suspensiones injustas.