Opinión

A PLENO SOL

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La creación de  nuevos impuestos es una acción impopular. Pudiera parecer en un instante que es necesaria para mantener las finanzas nacionales, pero en definitiva constituye una mala jugada.

El país ya está cansado de tantas leyes impositivas. Lo que se tiene que dar ahora es una política de guerra a la evasión y al contrabando.  Que nadie se burle del fisco y deje de pagar.

Muchos comerciantes cobran impuestos cargados a los consumidores, pero luego no lo contabilizan al Estado. Hay que hacer una amplia labor de depurar y verificar, para tomar las pertinencias de rigor.

Por todos los medios posibles hay que evitar cargar nuevamente con otros impuestos a la clase media y a los pobres. Los medianos no soportan más cargas, por sus niveles de vida, que están por encima de sus entradas económicas.

El pobre paga impuestos indirectos. No va al supermercado, donde le venden productos gravados  en la factura, sino al colmado, donde son colocados por los almacenistas y los detallistas.

El presidente Danilo Medina, con el tema de nuevas recargas impositivas que iban a llegar por intermedio de las placas, escuchó a la comunidad. Tomó medidas para eliminar una acción que en este momento era odiosa.

No es debilidad del gobernante, sino sensibilidad a un clamor popular. No vayan a confundir los organizadores de protestas esa atención del presidente al latir del corazón del pueblo, con una debilidad de pulso.

Ahora hay que emprender una guerra a la especulación. Se hace necesario que desde los supermercados hasta los detallistas sean llamados al orden. Hay que detener la inflación y al especulación.

Se está hablando de un quimérico aumento de salarios, pero ya la nota especulativa es real, y coloca contra la pared a la mayoría de los dominicanos, sobre todo a los de  menores ingresos.

El gobierno, utilizando los mecanismos que considere pertinentes, tiene que ir de inmediato a enfrentar esa especulación con los comestibles y las medicinas.

El Nacional

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