Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Orión Mejía

El carruaje.-

Las ruedas de la historia no se detendrán ni virarán bruscamente a causa de los acontecimientos en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aunque se admite que con solo confrontar un pequeño obstáculo, el ruido que produce hace pensar que ha ocurrido una gran catástrofe.

Lo que sí es cierto es que Danilo Medina y Leonel Fernández son hoy los responsables de guiar ese carruaje por caminos de certidumbre durante el tramo histórico que les toque fungir como los conductores que lo han encarrilado por senderos de éxito durante casi veinte años.

Lo deseable hubiese sido que ambos líderes llegaran juntos hasta el final de sus destinos políticos donde serían relevados por nuevos conductores que asumirían el compromiso de refrescar los corceles y reemprender la marcha inconclusa de Duarte.

La salida voluntaria del doctor Fernández y de los suyos del PLD supone un golpe para el litoral político progresista que líderes como Bosch, Manolo, Caamaño y Peña Gómez ayudaron a desbrozar con diferentes instrumentos de labranza, pero con un mismo propósito.

No es fácil identificar las diferencias ideológicas entre Danilo y Leonel que justificarían ese traspié histórico, que no sea la pugna por mantener la rienda de la carroza o señalar a otro conductor.

Después de ese penoso suceso político, el presidente Medina tendrá que continuar el camino con denodados esfuerzos para que el carrusel no se descarríe antes de la parada electoral de mayo, pero su antiguo compañero ha emprendido una carrera por senderos pedregosos que al menor descuido conducen al despeñadero.

Aunque la historia de la humanidad está repleta de divisiones políticas o de rompimientos entre liderazgos, no es común que dos líderes se separen sin poder justificar sustanciales razones ideológicas, como por ejemplo, que uno se ladee hacia la izquierda y el otro a la derecha.

El 98% de lo que es hoy República Dominicana en término de crecimiento económico, estabilidad monetaria, redistribución del ingreso, infraestructura, institucionalidad jurídica, libertades públicas, seguridad jurídica e innovación tiene mucho que ver con los gobiernos de Leonel y Danilo, sin importar quien lo ha hecho mejor.

El de Danilo, es uno de los últimos gobiernos progresistas de América Latina inmune a la peste del neoliberalismo económico y de modelos políticos de ultraderecha, como también ha estado exento de graves convulsiones políticas que se derivan de esos despropósitos.

Golpear hoy la cimiente del Gobierno, erigido por los que se quedan y los que se van del PLD, sería como aguijonear repetidamente el corazón de la democracia o de pretender desviar el carruaje de la historia hacia escenarios de confrontación donde Danilo y Leonel perderían y ganarían la derecha política y el neoliberalismo.