El próximo 5 de julio tendremos una excelente oportunidad para adecentar el Congreso y sacarlo del deterioro que acusa el mal comportamiento de sus legisladores y legisladoras, salvo excepciones.
De entrada debiéramos sustituir toda su matrícula, so pena de llevarnos de encuentro a senadores y diputados certificables, pero podemos votar contra los legisladores dañinos que hay en esa gallera. Otra opción sería votar contra todas/os los que tienen más de 08 años en ese desacreditado poder del Estado y votar por candidatos nuevos que no hayan sido funcionarios de ningún gobernante de ningún partido, para que no se adueñen del congreso considerándose vitalicios, como muchos de ellos que están allí recibiendo abultados beneficios matando tiempo hasta pensionarse.
Esta es la gran oportunidad de resarcir los daños y la vergüenza ajena que el pueblo ha sufrido con esa gente. Hay legisladores/as de senda cámaras que igual que la mayoría de funcionarios del gobierno, que debiendo estar purgando la violación a las leyes y a la decencia, aspiran permanecer en esa cuna de impunidad. Con el retiro de los que tienen más de tres años allí se beneficiarían nuevos ciudadanos/as con las vacantes dejadas por los salientes. Esto sería beneficioso para el país por el refuerzo de responsabilidad y dignidad recibida en un congreso tan contaminado, que legisladores considerados certificados/as que han entrado en los últimos ocho años, llegan haciendo bulla y a los tres meses se callan por la dañina estrategia de no pisarse la manguera.
Pero, al elegir legisladores nuevos hay que tener cuidado con los que tienen deuda pendiente con la justicia y con la sociedad, o fueron salvados con la impunidad que culturizó el gobierno, y luego apelan a la inmunidad parlamentaria. La actual composición congresual tiene un grupo de esos indignos personajes. Hay justificación de sobra para sacar de la cualquierizacion al Congreso y llevarlo a la honradez, la dignidad y el honor.
Hay buenos candidatos jóvenes, vírgenes todavía de las malicias de corrupción e impunidad anidadas y desarrolladas en las instituciones del Estado con apoyo de la presidencia. Hay que adecentar ambas cámaras, con mujeres y hombres transparentes, responsables, honestos y democráticos que realicen efectivamente las funciones que les da la Constitución Dominicana. ¡A votar por la recuperación de los valores perdidos!
Lic. Santiago Martínez