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Aguacate maduro

Aguacate maduro

Ernesto Guerrero

Don, ya el sancocho esta listo, pero… no hay aguacates, los que hay están verdes. Esta frase lapidaria, rápidamente me dejó desconcertado. Rumié: “El que bebe cerveza light, besa a una vieja, o toma sancocho sin aguacate. Ni bebe, ni besa, ni come”. Sin pensarlo dos veces, vociferé, ¡Voy al super a comprarlos…Qué error…!!

Conduciendo hacia el establecimiento, caí en la rotonda de Arroyo Hondo, con un tremendo tapón. Con carros delante y detrás maldecía: Esos protervos AMET son los culpables; deben eliminar esa estúpida rotonda; o por lo menos trasladar al gomero de la esquina; no… los verdaderos culpables son los dueños del país, que no respetan las leyes.

Ya al borde del colapso nervioso, me fue revelado el significado del éxito, “si vas manejando al súper, te desvías para buscar un atajo, y en el trayecto te encuentras un haitiano vendiendo aguacates…. Ese es un éxito”. Apertrechado con esas dos joyas, inicié el retorno, pero el tapón de regreso era todavía más lento. Mi esposa llamó dos veces amenazando que se iba, que ya estaba tarde. ¡Que vaina!

Durante las horas de espera, cavilaba sobre las bondades de esta fruta maravillosa, de origen Azteca (como todas las frutas terminadas en ate), de corteza rugosa, color verde oscuro, y de muy cremosa textura. Uhmm… Con razón los brasileños la consumen en jugos y con azúcar. Que riqueza que ahora podemos encontrarlos en todas las épocas del año.

El aguacate está de moda en todo el mundo. Combina con todo, literalmente lo digo… Con todo. Su cultivo se ha extendido por todo el país, y nos hemos convertido en un gran exportador, de lo que algunos llaman el “oro verde”. El único inconveniente es que este árbol demanda mucha agua, y está secando los ríos y manantiales en las zonas de cultivo. Pregunten al hermano de Danilo.

¡Ufff… llegué justo a tiempo! Al momento de bendecir la comida recordé una oración propicia para todo el año: “Bendice Dios estos alimentos y las manos que lo prepararon, líbranos de los tapones de la calle, danos fuerza para mantener los celulares fuera de la mesa, y que nunca, nunca, nos falte aguacate”.

El Nacional

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