Entre cielo y tierra

Aguinaldo con mambo

Aguinaldo con mambo

Mary Leisy Hernández

En mi pueblo, este año los aguinaldos navideños fueron muchos y yo, tan solo de escuchar la palabra aguinaldos me llenaba de buenos recuerdos.

Sin embargo, los aguinaldos que recuerdo son muy distintos, demasiado románticos para parecerse a los de hoy.

Importante entender que todo cambia y entre cambios y cambios es aplaudible que se mantenga viva esa vieja tradición que hoy se retoman con más entusiasmo, se amplía con la participación de varios sectores y se diversifica con el estilo propio de cada grupo, más las innovaciones que marca el tiempo.

No se como es la cosa en otros pueblos, en Cotuí, el mambo duro y fuerte me despertó una que otra madrugada con un instrumento metálico y repetitivo que me llegaba directo al corazón con un constante tum tum tum desarmonizado.

Ahora cada candidato organiza su aguinaldo y a finales de diciembre en una sola noche se organizaron varios aguinaldos simultaneamente.

Quise ir al aguinaldo de los carnavaleros, disfrutar fuera de la cama de aquella fiesta que en otros tiempos estuvo muy ligada a la iglesia y en muchos casos integraba a la banda del pueblo para disfrutar de música en vivo con tradicionales villancicos.

Quise ir para ver en detalles toda la evolución de esa antigua tradición, para de camino encontrarme con amigos perdidos y tomar jengibre con galleticas, si es que aún lo brindan. Otra vez será, levantarse a las 4:00 de la mañana no es fácil para mi cuerpo cincuentón.

Otra vez lo haré para abrazar esa tradición, entender con detalles a los que se quejan por los excesos y poder proponer con base, para que este festejo navideño se viva sin daños a terceros y se regularice de la mejor manera por las autoridades.

 Por Mary Leisy Hernández

marilei@hotmail.com

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