Catalejo

Alcoholismo

Alcoholismo

Anulfo Mateo Pérez

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El alcohol, debido a la diversidad de sus fuentes de obtención, fue antes de la universalización del tabaco, el tóxico de mayor difusión y consumo mundiales y sus potencialidades nocivas desde tiempos remotos. No obstante, no fue hasta 1849 que Magnus Huss acuñó en Suecia  el término alcoholismo, como enfermedad.

En la actualidad, el alcoholismo es considerado un trastorno conductual crónico, manifestado por repetidas ingestas de alcohol, excesivas respecto a las normas dietéticas y sociales de la comunidad.

Pero además, llegan a interferir con la salud o las funciones económicas o sociales del bebedor. La valoración de un sujeto como alcohólico se basa en dos criterios fundamentales universales.

Uno tóxico, centrado en los daños biológicos, psicológicos y sociales. El otro, conocido como determinista, relacionado con la pérdida de libertad ante el alcohol, según el experto español Francisco Alonso Fernández (1981).

Estos dos criterios conforman la modalidad clínica conocida como alcoholismo primario, caracterizada por no existir relación patogénica con ninguna otra entidad nosológica previa a esta enfermedad.

En tanto, el alcoholismo que es consecuencia de otras afecciones precedentes son conocidas como alcoholismo secundario, enfatizado por nuestro profesor en Cuba, Ricardo González Menéndez (1983).

Los distintos grados de frecuencia y el volumen de la ingestión de alcohol se traducen clínicamente en progresivas afecciones somáticas, de la personalidad, neuropsíquicas y sociales.

La decisión de tratar de forma ambulatoria o en internamiento a un paciente alcohólico implica una valoración de gravedad, y que por lo general no se dispone de definiciones operacionales ni de normas sanitarias establecidas de la autoridad sanitaria.