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Algo más que salud

Algo más que salud

José Díaz

Reflexionar sin prejuicios.-

“Uno viene con los polvos contados y los que no se usan se pierden irremisiblemente” García Márquez

Oímos continuamente sobre los beneficios que el sexo puede traer a nuestra salud: la práctica sexual libera hormonas que ayudan a mejorar la concentración, aleja la depresión y el estrés, ayuda a dormir mejor, refuerza los huesos e incluso protege de problemas cardíacos. No hace falta ser un lince para sumar y comprender que, cuanto más lo practiquemos, mejor nos irá.

Así lo cree la sexóloga Deborah Anapol: “Los encuentros sexuales contribuyen a curarnos de ciertas patologías y también a prevenirlas”, insistiendo en que especialmente deben ser las mujeres las que tengan más amantes, si no están sexualmente satisfechas, debido a que al hombre se le ha enseñado a ser “superior a ellas en todos los sentidos, también en el sexo”.

“Es necesario romper con el condicionamiento cultural y superar la monogamia (a no ser que las mujeres tengan la suerte de estar con un hombre especialista en sexo tántrico)”, ironizó.

“Algo que nos caracteriza a los seres humanos es el hecho de que nos encanta lo nuevo, lo espontáneo”, indica. “Cuando te encuentras en una relación no monógama y conoces a otra persona no tienes que fingir que no te atrae la novedad, de hecho, puedes volver a casa con esa felicidad que proporciona e incluso añadirla a tu relación actual”.

Esta es una valoración que citamos en el capitulo VII de nuestro libro en proceso de corrección de estilo “Los Amores Perdidos”.

No pretendemos abogar por la promiscuidad, pero también es ser hipócrita al no entender que el hombre, y también la mujer buscan y aprecian las experiencias extramaritales.

Un estudio de 2012 de Profamilia estableció que ya la mujer estaba cercana del 50% del hombre en cuanto a la infidelidad. Lo que debemos tratar es que eso no lleve a una desgracia, que sea, precisamente “algo más que salud”.