Cuando la academia sueca otorgó el premio Nobel de Literatura a Bob Dylan hubo sorpresa, pues era la primera vez que se le daba a un autor de canciones, pero se aceptó porque más que al cantante se estaba premiando a un poeta que cumplía con los criterios que recientemente dijo, en una entrevista, Ellen Mattson, miembro de la Academia Sueca y del Comité Nobel “Se trata de calidad. Calidad literaria, por supuesto. El ganador debe ser alguien que escriba literatura excelente, alguien que al leer yo sienta que tiene algún tipo de poder, un desarrollo que perdura a través de los libros, de todos sus libros”.
“Es muy difícil explicar qué es eso. Es algo con lo que se nace, creo. Los románticos lo llamarían chispa divina. Para mí, es una voz que escucho en la escritura que encuentro en la obra de este escritor en particular y en ningún otro lugar. Es muy difícil explicar qué es, pero siempre sé cuándo lo encuentro”.
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La novelista dice que no hay edad mínima para aspirar al Nobel pero que se requieren años para ser un escritor “realmente bueno y excelente” y que, en teoría, cualquiera puede ser nominado: “Cualquiera que escriba literatura excelente. No hay otra exigencia, sólo calidad en el trabajo”. Eso vieron los cinco jurados que escogieron a Dylan.
Serrat ha hecho lo mismo por 60 años, al igual que Silvio Rodríguez, ambos con un gran compromiso por un mundo mejor expresado en sus composiciones y en su misma trayectoria de vida, que aunque no lo expresen es otra de las condiciones que mira la academia, pero Silvio, por razones eminentemente geopolíticas está descartado, que es otro de los criterios que prima en la academia sueca. No se si Serrat esta nominado, ni si quedó en los cinco finalistas, pero si es ganador saltaría de gozo el corazón del que escribe “algo más que salud”.