Puede que el ministro de Industria y Comercio, Víctor Bisonó, haya abierto una caja de Pandora al solicitar una revisión del contrato de alquiler del edificio en que operan las oficinas de esa cartera.

Por el uso de las instalaciones, que pertenece al Banco de Reservas, el ministerio eroga mensualmente 20,414,323 pesos.

Se trata a todas luces de una monstruosidad. Pero resulta y viene a ser que con otras entidades públicas que operan en el edificio el alquiler mensual asciende a 38.5 millones de pesos.

El escándalo invita a revisar las sumas millonarias de alquiler que pagan entelequias como la Unidad de Electrificación Rural (UER) y otras oficinas públicas.

Los contratos de alquiler, que a la gente les parecen tan onerosos, no solo deben revisarse, sino investigarse. No propiamente por morbo, sino en aras de la transparencia, debe identificarse a los propietarios y el procedimiento utilizado en las contrataciones.

Los más de 20 millones de pesos mensuales de alquiler que paga Industria y Comercio, no se sabe si con servicios incluidos, suman más de 240 millones al año, con los que la cartera podría construirse su propia sede.