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Año santo para el deporte mundial

Año santo para el deporte mundial

Juegos olímpicos Paris- 2024

Madrid, 26 de Diciembre (EFE).- Año bisiesto, año del dragón… año santo para los deportistas. Así será este 2024 para los más rápidos, los más fuertes, los más competitivos del planeta, que confrontarán sus méritos en los Juegos Olímpicos de París, la meca de todos los sueños.

Con una puesta en escena grandiosa -la ceremonia inaugural a lo largo de Sena, la hípica en Versalles, el voley playa bajo la Torre Eiffel, la esgrima en el Grand Palais-, la capital francesa se dispone a celebrar del 26 de julio al 11 de agosto unos Juegos únicos, los terceros en su perímetro tras los de 1900 y 1924.

Serán los más callejeros disputados jamás, no solo por la inauguración fuera del estadio, también por la concentración de pruebas en las plazas de la Concordia o del Trocadero, que regalarán imágenes icónicas para la historia olímpica.

La gimnasta Simone Biles, el baloncestista Lebron James, la nadadora Mollie O’Callaghan, el judoca Teddy Riner… son decenas los deportistas de los que cabe esperar actuaciones inolvidables en París. Pero esta vez el rey de los deportes olímpicos, el atletismo, no puede prometer más emociones.

Un posible tercer oro, sin precedentes en maratón, para Eliud Kipchoge; la búsqueda de nuevos éxitos y quizá plusmarcas por parte de Yulimar Rojas y Armand Duplantis; la cerrada carrera por el oro entre los velocistas estadounidenses (Noah Lyles, Sha’Carri Richardson) y jamaicanos (Oblique Seville, Shericka Jackson, Shelly-Ann Fraser-Pryce), un medio fondo imprevisible… los expectativas son enormes.

Los prolegómenos tendrán, como siempre, derivadas que trascienden el deporte. Los equipos rusos y bielorrusos tiene vetada la participación debido a la guerra de Ucrania, pero los deportistas individuales de esas nacionalidades que no hayan apoyado la invasión y que acepten participar como neutrales podrán hacerlo.

No se espera que sean muchos, y disciplinas como la gimnasia artística y la rítmica, la lucha o la esgrima sufrirán una devaluación importante; pero, al tiempo, abrirán la puerta del podio a otros aspirantes. La seguridad volverá a ser una cuestión esencial, con la escena internacional convulsa debido a los conflictos de Ucrania y Gaza, entre otros, y los Juegos como el decorado ideal para todo aquel que quiera reivindicar una causa.

Se calcula que habrá unos 30.000 agentes diarios desplegados por París. Junto a los Juegos, el fútbol ofrecerá en junio las otras dos grandes citas de la temporada- la Eurocopa y la Copa América masculinas; la primera, en Alemania; la segunda, en Estados Unidos. Italia y Argentina defienden las coronas continentales.

En el fútbol femenino se decidirá la selección ganadora de la primera Liga de Naciones de Europa, y de paso los equipos clasificados para los Juegos.

Pocos deportes ofrecerán en 2024 tantos alicientes como el tenis- la lucha de Novak Djokovic contra sus propios récords, el regreso de Rafael Nadal a la competición, el equilibrio entre la regularidad y la excelencia que busca Carlos Alcaraz, la pelea entre Iga Swiatek y Aryna Sabalenka por el número uno… Y el camino vuelve a conducir a París, donde los torneos de tenis se jugarán sobre la tierra sagrada de Roland Garros.

El calendario deportivo del año incluye campeonatos del mundo de natación (Doha, febrero) y de atletismo bajo techo (Glasgow, marzo), puesta a punto para los Juegos. Otro de los deportistas llamados a superar en 2024 su propia grandeza es Max Verstappen, tres veces seguidas campeón de Fórmula Uno. En 2023 ganó 19 de las 22 carreras del mundial.

“Será difícil repetirlo”, ha admitido el neerlandés. Pero no se adivinan sus límites. El gran duelo ciclista del año será el que previsiblemente mantendrán Jonas Vingegaard, ganador de los dos últimos Tours de Francia, y Tadej Pogacar, vencedor en los dos anteriores, por desempatar a triunfos en la prueba gala.

La solución, el 21 de julio en Niza, porque la Grand Boucle no acabará, como es habitual, en París. La capital estará ya cerrada a cal y canto para la familia olímpica, que cuatro días después empezará a celebrar su año santo. EFE

Por: Natalia Arriaga