Opinión Articulistas

Aspirantes del PRM

Aspirantes del PRM

Hugo Ysalguez

A lo interno del Partido Revolucionario Moderno, existen varios grupos liderados por aspirantes a la presidencia de la República que prematuramente se han lanzado a un proselitismo a destiempo, generando una lucha que haría muchos daños al gobierno que iniciará un nuevo mando el próximo 16 de agosto, cuyos planes son ambiciosos y necesita del apoyo total de sus funcionarios, sin ninguna pausa que entrañe la dilación del conjunto de obras por terminar y el grueso de proyectos a ejecutar en el porvenir, en beneficio de los sectores relacionados con la salud, educación, economía y planes sociales.

Aunque hay intelectuales en América Latina que estiman que el grupismo es un veneno para la democracia, también es cierto que, conforme a nuestra Constitución, los ciudadanos tienen derecho a postularse para cualquier cargo electivo.

Sin embargo, los líderes de los grupos, deben abrazarse al arte de la prudencia para que la agrupación oficialista permanezca intacta, y no surjan fisuras que puedan fragmentarlas como los episodios registrados en el pasado por el otrora PRD y los más recientes en el PLD que han descendido bruscamente en la preferencia del electorado, bordeando el camino de las organizaciones minoritarias.

Cuando el líder de masas, doctor José Francisco Peña Gómez, controlaba el viejo PRD, a los grupos se les denominaban tendencias y en los partidos de izquierda a la segmentación interna le llamaban corrientes, activismo político o diferencias ideológicas condujeron al uno y al otro litoral a la división, originando que sus fuerzas fueran menguadas hasta el punto de tener una debilitada presencia en los frentes de masas y en la apreciación pública.

Recurrir al arte de la prudencia, debe ser la guía que prime en los diversos estamentos del PRM, a los fines de que los dirigentes, militantes y simpatizantes puedan actuar unificados para una gestión de gobierno que termine exitosamente para bien la alternabilidad en el poder, y cerrarle el paso a la corrupción y al desatino de la oposición que articulan su retorno al poder.

Algunos analistas políticos consideran un error abrir las compuertas de una competición que provocaría desencanto en la población, agobiada y cansada de los procesos electorales.