Este es un buen mes para recordar los crímenes impunes de violencia basada en el género contra las mujeres, por si acaso el alma se estremece, el corazón vibra y alguien se dispone a hablar! Diciembre es un tiempo de remembranza, pero de la que conmueve, por eso, no hay un espacio en el año como en diciembre, en el que quepan más lágrimas!
Hace 15 años escribimos un primer artículo, porque el domingo 7 de diciembre de 2002, Aurora Wiwonska Marmolejos, una joven madre de una niña de 18 meses, ella de 22 años, desapareció inexplicablemente en medio de la noche y estando con su esposo y padre de la niña, Pedro Polanco, con quien había salido de la fiesta navideña de su trabajo en discusión, porque el saludo de Aurora Wiwonska a un compañero de labores provocó celos y reprimenda.
De acuerdo a los periódicos de la época, el señor Polanco dijo que ella, «se quitó los zapatos y salió corriendo “como una loquita”, antes de que llegara un taxi que supuestamente había llamado, sin decidirse a seguirla porque la zona donde estaban es “muy peligrosa y no quería aventurarse”.
El caso es que esa joven madre, muy preparada, hablaba tres idiomas, excelente empleada y estudiante a punto de graduarse de ingeniería de sistemas, no tenía razón alguna para abandonar su vida, incluida en ella una hija que adoraba y una familia que amaba.
De hecho, la madre de Aurora Wiwonska se querelló entonces contra su yerno y un amigo de él que lo recogió en el punto en que desapareció la muchacha, y Pedro Polanco permaneció cuatro días detenido. Se levantó un expediente que, por cierto, desapareció y hubo que volver a hace otro, quedando el caso abierto en Instrucción.
Y por sentencia de una jueza, esa abuela tiene que dejar que la niña vea a su papá, del que siempre sospechara como responsable de la desaparición de su hija, dice la jueza, «para que la niña no sufre traumas».
¡Cuántos vacíos en una justicia vencida por la impunidad! Cómo se le puede mantener la guarda a un padre sin haber dilucidado si es o no el responsable de la desaparición de la madre de la niña? Qué mayor trauma puede tener una criatura que el de perder de manera inimaginable a su madre? .
Esa joven hoy, que perdió a su madre en circunstancias perturbadoras y en presencia de su padre, espera siempre una respuesta coherente de la justicia y hasta de la vida.
¿Cuál es la respuesta?