A dos años de gestión, impera la improvisación e incompetencia. En sentido general se percibe una degradación significativa de la responsabilidad de los diferentes órganos que componen el sistema de aviación civil nacional; un Instituto Dominicano de Aviación Civil acéfalo que no puede encabezar la misión que representa al país en la ya mencionada OACI.
La incompetencia, confusión de roles y responsabilidades es muy evidente, exhibidas a través de intervenciones en actividades que no les atañen o que simplemente no son la misión de sus instituciones.
En adición, lejos de existir un clima de cooperación y de toma de decisiones en colaboración, se evidencia la existencia de «islas de poderes», que no sólo se limitan a los titulares de los citados órganos, sino que se extiende a directores de áreas y demás funcionarios.
Voces preocupadas y sensatas, provenientes de diferentes litorales, con un sentido de pertenencia por la actividad, han pretendido llamar la atención del presidente Abinader, pero ha sido en vano.
El presidente aún puede recuperar el tiempo perdido; en sus manos está, antes de que sea demasiado tarde. Los dos accidentes graves ocurridos son una clara señal de alarma.
No deje espacio a que una degradación de los organismos competentes nos sorprenda y que un evento indeseado, de consecuencias catastróficas, se vaya a producir. Sabemos que el sector no merece que algo así pueda llegar a suceder.
La situación del sistema aeronáutico requiere de una intervención inmediata para redireccionar el derrotero incierto que muestra. El transporte aéreo ha contribuido a los avances del turismo sin duda alguna.
Es importante que se sepa que los aspectos regulatorios, se han debilitado, así como la nómina de recursos humanos, situaciones demostradas en la ocurrencia de incidentes y accidentes algunos de los cuales no se han ventilado públicamente por tratarse de asuntos cubiertos por la confidencialidad interna.
Es de rigor que el gobierno pondere en su justa medida, las posibles consecuencias de una degradación en el sistema aeronáutico nacional, el cual hasta el 2020 mostraba un desarrollo sostenido y la implementación de acciones proactivas que le mantenían por delante de las circunstancias o eventos que suceden en este dinámico sector.
La insuficiencia de conocimientos técnicos en el ámbito de la aviación, además de la ausencia de personal competente especializado que les apoye en su gestión, ha generado una situación de inercia que afecta a las instituciones.
Santiago Rosa Martínez