Articulistas Opinión

Babylon

Babylon

Elvis Valoy

Disfrutar de una estructura en su fase madura, obviando la génesis y desarrollo de la misma es una gran injusticia. Es el caso de Hollywood que tiene su historia, y en su regazo se esconden turbulentos pasajes.

La industria cinematográfica, que padece de gerascofobia, y que en cada tramo se hace inmarcesible reinventándose, yendo de etapa en etapa, con una inflexión en cada trayecto, tiene intervalos hedonistas y absurdos.

Si Quentin Tarantino nos deleitó con su Érase una vez en Hollywood, filme que recorrió los vericuetos del cine de los años sesenta, en esta oportunidad Babylon, del director estadounidense de ascendencia francesa Damien Chazelle, nos transporta más atrás: va a los años 20, época del tránsito del cine mudo al sonoro, en donde la existencia de las personas protagonistas de ese capítulo hollywoodense era una película dentro de la película.

Babylon es una radiografía de situaciones en el cine

 Seres en decadencia, en crisis y patéticos, con una vida desenfrenada que terminaban sacrificados, en el manicomio, aborrecidos por las élites por incultos, o excluidos, en un negocio que con el discurrir del tiempo y la tecnología se va negando a sí mismo, adaptándose a las transformaciones, siendo la cinta cinematográfica Babylon una radiografía divertidísima y brutal de ese fragmento histórico del séptimo arte.

Jack Conrad (Brad Pitt) pasó de ser una estrella idolatrada del cine mudo a volarse la tapa de los sesos de un disparo dentro de un baño; Nelly LaRoy (Margot Robbie) muere con apenas 34 años de edad, y Manny Torres (Diego Calva) termina alejado del oficio y entregado a otros quehaceres.

Las más de tres horas de duración de Babylon confirman la excelente actuación del mexicano Diego Calva y lo hace merecedor del Óscar. Margot Robbie demostró una vez más sus magistrales dotes histriónicas y corpóreas, mientras que Brad Pitt estuvo genial.