Opinión Editorial

Barbarie ecológica

Barbarie ecológica

El corte de más de 300 árboles y la amenaza de derribar otros 600 en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte para dar paso a la ampliación de un estadio de béisbol ha sido calificada como un acto de barbarie ecológica y reiteración del desprecio de las autoridades por la integridad del medio ambiente.

Lo que se ha desmochado en ese pulmón verde del Distrito Nacional es parte de una arboleda que data de más de 50 años, con lo cual se degrada la resiliencia ambiental en un activo entorno residencial y comercial donde avenidas y edificaciones desplazan las áreas verdes.

Tiene razón la Fundación Juan Ulises García Saleta, al calificar de barbarie ambiental el corte de árboles en el Centro Olímpico, y señalar que el Ministerio de Medio Ambiente debió promover otras alternativas de solución para ampliar un estadio de béisbol.

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Un árbol purifica el aire y el agua, mitiga el cambio climático, combate la erosión del suelo, ayuda a regular la temperatura y sirve de refugio a la fauna entre otras muchas bondades, por lo que Medio Ambiente incurrió en grave desatino al autorizar esa tala indiscriminada.

Por lo ocurrido en el Centro Olímpico, no sería extraño que la sinrazón oficial llegue al extremo de  autorizar la construcción de un estadio de fútbol en el parque Mirador Sur, donde decenas de jóvenes practican ese popular deporte en limitados espacios rodeados de árboles.

Se siente un creciente desprecio por las áreas verdes y la foresta, al punto que en el parque Mirador Norte se construyó un cementerio, se degradan arboledas en zonas urbanas o rurales y se producen talas masivas en áreas protegidas o parques nacionales.

El ministerio de Medio Ambiente minimiza el daño que causaría la eliminación de una parte del Jardín Botánico, al señalar que sólo afectara el 0.01 % del área total de ese parque de dos millones de metros cuadrados, lo que significa que la apropiación sería de sólo 200 metros, con los cuales se pretende mitigar el problema del tránsito en esa congestionada zona. Un problema de matemática.

El indiscriminado corte de árboles en el Estadio Olímpico debería activar todas las alarmas ante  las sucesivas agresiones ecológicas que reflejan irresponsabilidad oficial en la protección del medio ambiente, que se expresa en la inaudita cacería de zonas verdes.

El Nacional

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