La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que debido a los efectos de la pandemia del coronavirus la economía mundial ha entrado en recesión y advirtió que la ola de despidos y quiebras que provocará afectará la composición de las sociedades en todo el mundo.
La consecuencia de esa crisis financiera global no opera igual para todos los países porque, similar al virus, causa más daño sobre economías con frágiles indicadores monetarios o débiles estructuras financieras, que carecen de anticuerpos para o contener sus devastadores efectos.
La titular del FMI ha dicho que la nueva recesión económica “será tan mala o peor que la registrada en 2009”, en referencia a la crisis financiera mundial que se desató con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, tormenta global que la economía dominicana pudo resistir al crecer ese año 3% en proporción al PIB.
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, ha dicho que las medidas transitorias aprobadas por la Junta Monetaria representan una profunda modificación a las normas prudenciales que permiten aportar más de 80 mil millones de pesos para el sostenimiento de la economía.
Valdez Albizu sostiene que el sistema financiero posee suficiente liquidez tanto en pesos como en dólares, como resultado de las medidas de flexibilización, por lo que ha instado a la banca múltiple prestar con tasas de interés reducidas esos recursos liberados del encaje legal.
El Gobierno subvencionará a empresas afectadas por el impacto económico del coronavirus para que provean de sus salarios a trabajadores suspendidos temporalmente, lo que garantizaría la sostenibilidad del empleo en tiempo de crisis.
La banca comercial aplica programas de flexibilización para aliviar la carga financiera de sus deudores del sector turismo, manufactura, agropecuaria, comercio, pymes y de tarjetas de crédito, cuyas cuotas de pago fueron diferidas hasta por tres meses, así como reducción en moras, intereses y cuotas mínimas.
Esas y otras muchas iniciativas públicas y privadas ponen en relieve la enorme cantera de posibilidades para contener al COVID-19, disminuir sus efectos económicos y sociales, preservar el empleo, retornar a los habituales niveles de crecimiento y blindar la economía dominicana ante la nueva recesión mundial.
