Emilio Bonifacio, en el centro, junto a jugadores del Licey levanta la Copa Banreservas que ganaron anoche al vencer a las Estrellas 2-1 en el quinto partido de la Serie Final del torneo.
Tras una sequía de cinco años, Emilio Bonifacio no había olvidado aún qué se siente ganar.
El estuvo allí cuando su equipo, Tigres del Licey, ganó la corona 22 (2016-17).
Las Águilas lo igualarían más tarde como las franquicias más ganadoras del béisbol profesional dominicano. Pero para el capitán del equipo azul, la obtenida anoche, la número 23, tiene un sabor diferente:
“Cada corona viene con su amor. Tiene un sabor distinto, pero esta tiene un sabor súperespecial”, dijo Bonifacio al ser abordado por los periodistas en medio de la celebración, luego de que los Tigres del Licey se impusieran 2-1 a las Estrellas en el quinto partido de la serie final del Torneo de Béisbol Profesional Dominicano, que en esta oportunidad estuvo dedicado al fenecido don Tomás Troncoso Cuesta.
Dijo que el equipo hizo “un punta a punta” en el torneo y que, aunque muchos jugadores estuvieron entrando y saliendo, siempre hubo un plan.
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Bonifacio, de gran valía para los Tigres durante todo el torneo, elogió la labor que realizó la gerencia, los directivos y sus compañeros jugadores para hacer posible el triunfo liceista.
Respondiendo a una pregunta de un comunicador, Bonifacio dijo que “quienes me retiraban ahí tienen una respuesta”.
