El padre de Buck Canel era diplomático en Estados Unidos y fue enviado a la embajada de Argentina. La esposa del funcionario ya estaba embarazada cuando llegó a territorio Sudamericano. Motivo por el cual nació el 4 de marzo de 1906, el afamado comentarista y narrador deportivo Bob Canel, en suelo argentino.
Buck Canel tenía ascendencia escocesa por su padre y asturiana por la madre. Cuando tenía dos años sus progenitores se mudaron a Staten Island, Estados Unidos.
Regresaron a Norteamérica al finalizar las funciones encomendadas y fue cuando empezó la leyenda del narrador de beisbol y el boxeo.
A muchos de sus amigos cercanos que descifraron el enigma de su nacionalidad Buck Canel les decía: «Quién podría creer en un narrador de beisbol y boxeo de origen argentino».
Canel tenía una voz potente y excelente dicción, pero su jocosidad y talento para improvisar lo convirtieron en el narrador de beisbol en Estados Unidos de habla hispana más famoso del mundo. Con su famosa frase «No se vayan, esto se pone bueno».
Sin dudas el mejor. Así lo reconocen sus colegas de las crónicas deportivas. La madre de Buck Canel fue una gran periodista. De ahí su vena comunicacional y su carisma por su herencia cubana. La abuela de Canel vivió en Cuba, por lo que el narrador deportivo siempre la visitaba.
Canel comienza su carrera de periodismo como escritor del Advance de Staten Island, Nueva York. Posteriormente es corresponsal para Associated Press, Havas al servicio cablegráfico de Noticias Francesas y la Agence France Press con la Agencia Noticiosa Francesa.
Se hizo famoso con el apellido de su madre Canel. Así se inició en el periodismo con el Diario de la Marina. En la Habana, Cuba.
También fue director de la Sección Internationalt de la National Broacasting Corporatión NBC, New York; Corresponsal de Guerra France Press y Corresponsal de la The Associated Press.
Fue fundador de la Cabalgata Deportiva Gillette de la NBC. Canel Transmite el inaúdito número 42, en Series Mundiales comenzando en 1937.
Transmitía los juegos locales de los Yankees de Nueva York y boxeo en español para dos millones de latinoamericanos y puertorriqueños que habitaban en la ciudad.
La contribución de Canel al beisbol va más allá de la simple narración de jugada por jugada de los partidos.
El programa que internacionalizó al estadounidense argentino fue «la Cabalgata Deportiva Gillette». Cuando se le preguntaba a Buck Canel porque no transmitía juegos de beisbol en inglés respondía «porque en español soy el número uno».
En cada narración de los partidos de beisbol, Canel utilizaba las siguientes frases: «la tira y abanica», «el inning de la suerte, el lucky seven».
Además de «se fue la entrada a paso de conga 1-2-3». «Una línea silbante por la raya del jardín izquierdo que por una pestaña, pica a terreno bueno».
«El beisbol es un deporte de pulgada y no soy un fanático de ningún equipo». «A mí me gusta el beisbol». Culminan las frases que utilizaba el cronista deportivo argentino y narrador.
Era la voz en off en la década de los años 60 y 70 que identificaba la Voz del Trópico 790 am. «Les habla Buck Canel desde su emisora preferida La Voz del Trópico, en Santo Domingo, Primada de América. No se vayan que esto se pone bueno».
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Fue ganador del premio Ford C. Frick en 1985. Es un nombre archiconocido en la comunidad beisbolera en América Latina por cinco décadas.
Canel falleció el 7 de abril de 1980 en Croton on Hudson, Nueva York. Exaltado al Pabellón de la Fama del Beisbol de Cooperstown, Nueva York, en 1985. Buck Canel fue algo así como el gurú de los narradores deportivos.
VIRGILIO LORA GÓMEZ
virgiliolora544@gmail.com