El anuncio del canciller Roberto Álvarez ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), de que República Dominicana ofrecerá asistencia sanitaria a la misión internacional que participa en la pacificación de Haití, ha sido buen remedio para aliviar su añeja crisis de reputación provocada por intereses foráneos.
Álvarez dijo ante ese foro del poder mundial que el gobierno Grindará todo el apoyo posible a ese contingente de soldados kenianos, especialmente asistencia médico-hospitalaria en suelo dominicano, un tipo de ayuda que puede resultar esencial, si se toma en cuenta que esas tropas enfrentan a bandas armadas.
El gentilicio nacional ha sido objeto de escarnio e infamia por voceros de grandes metrópolis y organismos multilaterales que aun presionan para que el país se involucre en la crisis haitiana, en tales condiciones que pondría en riesgo su propia estabilidad política y económica.
Desde hace mas de un decenio, en Washington, Ottawa, Bruselas, París, ONU y en la Organización de Estados Americanos (OEA) se divulgan falacias que asocian a República Dominicana con la promoción de racismo, xenofobia y apatridia, como plataforma de descrédito para obligar al Gobierno a tolerar un desenfreno migratorio.
También te podría interesar: ¿Es mucho o poco?
Sin renunciar al derecho soberano de proteger su frontera y de no aceptar la instalación aquí de centros de refugiados, el canciller Álvarez resaltó la vocación solidaria del Gobierno hacia Haití, criterio endosado por la vicepresidenta Raquel Peña, quien recordó que el 45 % de las parturientas en hospitales dominicanos son haitianas.
Carecen de calidad moral la mayoría de los que alientan el descrédito contra República Dominicana que ha fungido como Cirineo de Haití, los cuales apenas han desembolsado el 23 % de los recursos prometidos para que esa nación recupere anhelados niveles de paz, seguridad e institucionalidad.
Las autoridades dominicanas brindarán apoyo a la misión internacional de pacificación de Haití ante cualquier situación que requiera concurso médico o sanitario, lo que se extiende al cuerpo diplomático y misiones especiales, como lo han hecho en anteriores situaciones de emergencia.
Esa intensa y grosera estigmatización causó una aguda crisis de reputación al fuero patrio que con el tiempo ha sido subsanado grandemente con remedio de la verdad expuesta siempre con firmeza en todos los escenarios internacionales, como también se muestra la proverbial solidaridad dominicana ante la calamidad haitiana.