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Caída de Abinader

Caída de Abinader

Danilo Cruz Pichardo

Antes del escándalo de la renegociación del Contrato de Aerodom, Participación Ciudadana había expresado su rechazo al excesivo uso de dinero del Estado en publicidad innecesaria, como se trata de inauguraciones de obras en período de campaña electoral, lo que de paso violenta las leyes que norman los certámenes comiciales. No se ha guardado la menor apariencia para violentar derechos ciudadanos consagrados en la Constitución, con la entrada en vigencia de la Ley 1-24, como tampoco en el manejo y uso de los fondos públicos.

El proyecto reeleccionista arrancó sin dar ninguna satisfacción a la población sobre un conjunto de cuestionamientos administrativos en órganos públicos e implementando la despótica y abusiva ley del caliesaje, a tal extremo que ningún dominicano está exento de que le intervenga su vida privada y hasta íntima, lo que revela el grado de deterioro moral en que ha caído el Gobierno. Ahora se habla de modificarle algo a la ley 1-24, pero es que nunca debió aprobarse, lo que procede es su derogación. Y de todas maneras el daño ya está hecho.

Algunos analistas entienden que en materia de corrupción pública y con la entrada en vigencia de esa ley, ya no hay argumentos para hablar de retroceso, para referirse a los gobiernos pasados. Los niveles de corrupción del peledeísmo son inocultables, pero esa gente no llegó al extremo de hacerse un traje trujillista. ¿Dónde está el retroceso? Para el incremento del espionaje se habilitó una oficina en la Plaza Haché de la avenida John F. Kennedy.

Se informa que el proyecto reeleccionista maneja, a través de José Ignacio Paliza, miles de millones de pesos. Se obtiene dinero del Gobierno, de los contratistas de obras del Estado y también del bajo mundo.

Supe que el amigo Guido Gómez Mazara, quien ahora ha dado un giro a su discurso de 360 grados, sería designado embajador en España, en sustitución de Juan Bolívar Díaz, quien supuestamente renunció indignado por el derrotero que trilla esta gestión.

Súmele que en el PRM hay serios problemas internos. Se ha desatado una guerra de traiciones para los puestos electivos. Se confirma que Abinader no ofrece ninguna ayuda política ni económica a Carolina Mejía, mientras se le ha visto en dos caravanas con Dío Astacio, candidato a alcalde por Santo Domingo Este, quien a su vez ha recibido muchos millones, conforme a una fuente crediticia.

Ahora mismo no se sabe el papel que juega Hipólito Mejía y su visita a Funglode ha generado múltiples lecturas. No se puede obviar que Hipólito es marrullero y está asociado a Danilo Medina, considerado como el mejor estratega que tiene el país. Medina es callado y teje en la sombra.

Un funcionario amigo asegura que la diferencia entre Luis e Hipólito es grande y sería mayor si le derrotan a Carolina en la capital, porque estaría culpando al candidato a la reelección por el PRM. Mientras se plantea ese problema con Mejía, está el caso de Faride Raful, de quien se dice ha sostenido conversaciones con líderes de Alianza Rescate RD. Además, está el problema con Ramón Alburquerque.