Salud

Cáncer infantil signos de alerta para su detección oportuna

Cáncer infantil signos de alerta para su detección oportuna

El cáncer es una enfermedad que no solo ataca a los adultos sino que puede producirse en niños y adolescentes, en esta población, los cánceres pueden ocurrir repentinamente, sin síntomas precoces, y tienen un alto índice de curación. El cáncer más común en los niños es la leucemia.

Otros cánceres que afectan a los niños son: tumores cerebrales, linfomas, tumores de retina, tumores abdominales y sarcomas, entre otros. Los síntomas y el tratamiento van a depender del tipo de cáncer y de lo avanzada que esté la enfermedad.

El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia y/o radioterapia.
Está comprobado que si el cáncer se detecta a tiempo hay mayor probabilidad de que el menor sobreviva e incluso es curable en más del 70% de los casos, siempre y cuando estos sean detectados de manera temprana.

En muchos países latinoamericanos el cáncer ocupa la segunda causa de muerte en niños mayores de 1 año y se pronostica que 14 de cada 100,000 serán diagnosticados con enfermedades malignas. La demora en la referencia y el inicio tardío del tratamiento puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Hay signos y síntomas que pueden ayudar a un diagnóstico oportuno.

Signos y síntomas

Los niños son grandes enmascaradores, ya que los síntomas pueden ser los mismos que los de cualquier enfermedad viral y ¨común¨. Por lo tanto, es básico que los padres, los médicos de atención primaria y los pediatras estén preparados para la detección de cualquier patología oncológica. Entre los posibles síntomas que debieran alertar a los padres están:
-Fiebre, pérdida de peso y/o apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones sin causa aparente, de fácil aparición.
-Masas o agrandamiento de los ganglios en cualquier parte del cuerpo.
– Dolor en los huesos y articulaciones
– Fracturas espontaneas y sin causa aparente mientras el niño realiza sus actividades normales
– Manchitas blancas en el ojo, estrabismo (visión doble), ceguera o pérdida de visión, agrandamiento del globo ocular.
-Signos y síntomas neurológicos tales como cambios en la conducta, pérdida del equilibrio, alteración de la marcha, dolores de cabeza, agrandamiento de la cabeza, vómitos de predominio matutino y a distancia.
– Eventos febriles a repetición sin origen aparente.

En al menos 85% de los casos se suelen presentar estas señales, por lo tanto, es importante que los niños que presenten cualquiera de estos síntomas durante varios días o semanas, sean llevados con un médico especialista para que se investigue oportunamente.Para poder llegar a un diagnóstico certero es importante que los niños sean evaluados por un oncólogo pediatra, quien en base a la historia clínica y el examen físico de los pequeños deberá realizar las pruebas (sanguíneas, de líquidos corporales o de citometría de flujo), los procedimientos (aspirados medulares o biopsias) y estudios de imágenes (radiografías, tomografías o resonancias magnéticas) que lleven a delimitar la lesión o el estadio de la enfermedad, es básico estudiar e investigar la existencia de posibles metástasis (diseminación cercana o a distancia) con el fin de poder ofrecer un tratamiento adaptado al estadio y grado de la enfermedad.

De acuerdo a la estadística actual, los niños que viven con esta enfermedad pueden curarse si se les detecta a tiempo. Ante estos hechos es básico ofrecer terapias integrales basadas en la evidencia científica y la ética, con un enfoque para cada niño de manera individualizada, con el fin de ofrecer una mejor calidad de vida. Cuando estos signos de alarma son detectados a tiempo, el porcentaje de curación aumenta considerablemente.

EL DATO

Dra. Wendy C. Gómez García
Gerente de Pediatría Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (INCART)

El Nacional

La Voz de Todos