PUERTO ST. LUCIE – Robinson Canó fue un modelo de salud, hasta que llegó a los Mets.
Limitado a 107 juegos el año pasado, la menor cantidad de su carrera más allá de la suspensión de PED que le costó la mitad de la temporada en 2018, el intermedista de los Mets dijo que pasó gran parte de la temporada baja tratando de mejorar sus piernas. Cano la campaña pasada tuvo tres períodos en la lista de lesionados, dos de ellos causados por una tensión en el cuádriceps izquierdo. Luego, en agosto, sufrió un desgarro del tendón de la corva izquierda que le costó un mes.
“Solo tengo que evitar lo que sucedió en el pasado”, dijo Cano el domingo. “Tienes que fortalecer esas partes de tu cuerpo para que no vuelva y me lastime”.
Cano, de 37 años, todavía tiene cuatro años y $ 96 millones restantes en el contrato que los Mets heredaron cuando el gerente general Brodie Van Wagenen, en un intento de salpicar antes de la temporada 2019, envió a los prospectos Jarred Kelenic y Justin Dunn a los Marineros y obtuvo el Segunda base All-Star, junto con el cerrador Edwin Díaz. Los Mets también enviaron a Jay Bruce, Anthony Swarzak y Gerson Bautista a los Marineros en el intercambio.
Canó soportó una primera mitad desastrosa, logrando un OPS de .646 que aumentó los temores de que había terminado como jugador. Pero Cano se recuperó después del receso del Juego de Estrellas, con un OPS de .880. Canó lidió con la incomodidad de ser golpeado en las manos a principios de la temporada y eso pudo haber contribuido a sus luchas en la primera mitad.
“No quiero decir que salió como quiero”, dijo Cano, cuando se le pidió que evaluara su primera temporada con los Mets. “Puedo hacerlo mejor y ese es mi objetivo este año, mantenerme saludable. Sé que si estoy sano, puedo ser yo mismo. Puedo ser el Robbie que ustedes siempre solían ver jugando a este juego “.
Canó dijo que está enfocado en jugar todos los días, pero indicó que aún no ha hablado con el nuevo gerente Luis Rojas sobre un plan. Canó y Rojas se hicieron cercanos la temporada pasada, cuando este último era el entrenador de control de calidad del equipo.
“Nos llevamos bastante bien”, dijo Canó, refiriéndose a Rojas. “El año pasado pudimos hablar mucho en el banquillo y le hice muchas preguntas sobre el juego y la forma en que movía el jardín en situaciones. No quiero decir que somos mejores amigos, porque no lo somos, pero tuvimos que hablar mucho el año pasado”.
UN APUNTE
Respeto para Rojas
Las fuentes dijeron que el respeto de Robinson Canó por Luis Rojas puede haber jugado un papel en la decisión de Brodie Van Wagenen de contratar al ex mánager de ligas menores como el reemplazo de Carlos Beltrán.
