Sin importar de quién sea la responsabilidad para evitarlo, este mal se va tornando cada vez más preocupante en el Gran Santo Domingo debido a la modalidad de abrir carpas que ocupan la mitad del espacio de calzadas y aceras, en las cuales se improvisan negocios de ventas de alimentos, ropa, reparación de automóviles y tintado, lo que permite trabajar sin importar el candente sol ni la lluvia.
En Villas Agrícolas, La Fe, Villa Juana y Villa Consuelo hay decenas de carpas instaladas dificultando el tránsito de vehículos y peatones.