Opinión

Carta al Presidente

Carta al Presidente

Decía un matutino, que a usted le faltaba la gracia de los vencedores, y estoy por concederle la razón. Si es cierto que usted ganó con un sesenta por ciento o más, según se nos había anunciado mucho antes de las elecciones, a través de múltiples encuestas, ¿por qué asumir el mal llamado conteo electrónico y permitir que se prestara a tantas manipulaciones y fraudes?.

Usted dirá que eso está por probarse, pero el hecho de que a Félix Bautista se le atribuyeran, en San Juan de la Maguana, más de 170,000 votos por encima de la votación total de la provincia (hecho reconocido por la JCE), habla por sí solo y debería ameritar que cuando un grupo importante de ciudadanos solicite que se revise la votación municipal de su zona, caso de Santo Domingo Este, usted le dé un toquecito al miembro de su Comité Central, Roberto Rosario, y le diga: Esto hay que tomarlo en cuenta.

¿Qué usted no puede porque hay separación de poderes? ¿O porque ello podría causarle problemas con quienes ya se enquistaron en las posiciones? Con todo el respeto, debo decirle que eso no lo cree ni el más bobo de los dominicanos; y que ninguno de sus candidatos le da por los tobillos a Manuel Jiménez, quien, y usted lo sabe, realizó una tarea encomiable como Diputado, a través de su Fundación, gastando más de 120 millones en acciones comunitarias, algo muy distinto al acoso de un padre de familia por tres millones de pesos, quien al final terminó asesinando a Juancito de los Santos, lo que no impidió que ustedes lo enterraran como héroe.

¿Que perdería usted si ordenara que se recuenten los votos manualmente en Santo Domingo Este? Nada. ¿Y que pierde ahora con la huelga de hambre de un grupo de hombres probos? ¿Usted se imagina lo que le sucedería a su gobierno si Silvio Rodríguez, Ana Belén, o Julio Iglesias se pronunciaran frente a la huelga de hambre de Manuel?.

¿Qué con ello se favorecería a la izquierda? Fue esa izquierda, con el pueblo, la que se lanzó a la calle en el 1965 a exigir el retorno de Juan Bosch, cuando la mayoría de ustedes todavía eran niños o adolescentes imberbes. Y fue esa izquierda la que defendió la dignidad nacional frente a la intervención norteamericana, junto con el coronel Alberto Caamaño Deñó.

Hablando de Caamaño, había un hijo de Claudio en huelga de hambre, y eso también debe usted tomarlo en cuenta, porque son los huelguistas (y los he escuchado), los que están sirviendo, como Gandhi, de contén a la ira popular.
Ordene pues el reconteo, que para ello gobierna, sin demoras.

El Nacional

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