Grata experiencia

Señor director:
El sábado (16, 07,2017) fue un día muy gratificante, pues viví una experiencia inolvidable, y la narro porque en nuestro país abundan las familias disfuncionales, lo cual es insólito habida cuenta de que la familia es el núcleo de la sociedad. La vivencia fue con la familia Cruz, encabezada por 12 hermanos, 7 varones y 5 hembras, el padre y la madre fallecieron.

Mi sobrina, Luisa Indiana Gómez está casada con Starlin Cruz y tienen dos hijas, Indiana y Stheisy. Casi todos los miembros de esa gran familia viven fuera del país, lo cual no es óbice para reunirse todos los años.

El pasado encuentro fue en Pennsylvania y vi en Facebook las fotos y por WhatsApp me comuniqué con mi sobrina, quien me explicó los pormenores de esos encuentros y me invitó para el de este año, que será en Santo Domingo.

Llegó el gran día y en honor a la verdad, quedé gratamente impresionada con esa actividad tan bien organizada, el único bache fue un apagón, que no nos inmutó a los de aquí ni a los viajeros, pues sabemos que el problema (viejo como el tiempo) de los apagones es de nunca acabar.

Mientras los músicos que amenizaban la fiesta recogían los instrumentos todos cherchábamos y ellos también hablaban. Volvió la luz e inmediatamente conectaron los aparatos y otra vez inició la bailadera de quienes abarrotaron el salón y a los que no nos bailaron chiquitos nos dieron una magnifica exhibición de cómo se baila el merengue y la salsa.

No sabía que Starlin cantaba tan bien, a pesar de que es muy buena nuestra relación, porque él es fuera de serie con su familia.
El local escogido por los organizadores del evento es muy bueno, con dos piscinas, una para los menores y una para los adultos, además hay una cueva con agua subterránea y cristalina, que fue la máxima atracción de los bañistas.

Felicidades a los organizadores de esa fiesta familiar, que fue una lección inolvidable, máxime para quienes participamos por primera vez en ese tipo de actividad. La cantidad de niños y jóvenes seguirán los ejemplos de sus parientes adultos, cuyas franelas tenían el retrato de sus progenitores ya fallecidos, quienes sin lugar a duda fueron quienes les enseñaron a sus hijos la relevancia de la unión familiar.

Esa tradición de reunirse esa familia se trasmitirá de generación en generación, lo cual hace que sean un ejemplo digno de imitar.

Atentamente,
Teresa Gómez