El aspirante a la nominación presidencial por el PRD, Luis Abinader, pidió cita para ver al designado presidente de su partido, con el propósito de entregarle una carta. El encuentro fue frustrante para él, pues no encontró la receptividad deseada. De todos modos, entregó su carta, respetuosa, pero firme. Señala las violaciones a los estatutos del PRD, a la sentencia de la Cámara Contenciosa de la JCE que autorizó única y exclusivamente la proclamación del designado presidente. Y nada más.
Abinader aclara que la designación del Presidente en Funciones del partido es competencia exclusiva del Comité Ejecutivo Nacional, como lo establece el artículo 56 del estatuto partidario.
Añade que, la designación de los miembros de la Comisión Nacional de Control, del Consejo Nacional de Disciplina y la de Reforma Estatutaria, que pese a ser facultad de la Convención Nacional Ordinaria no podía hacerse por la resolución de la JCE que limitaba a solo proclamar y juramentar al compañero Miguel Vargas Maldonado como presidente del partido.
Asegura que la designación de una nueva Comisión Nacional Organizadora de la XXVll Convención Ordinaria del Partido, viola el artículo 173, que establece esa facultad al CEN, a través de su Comisión Política. En adición a esto, se sustituyeron los compañeros que habiendo sido electos por el organismo competente, de un proceso convencional que aun no ha concluido, dice.
Afirma que la convocatoria a un Plebiscito y al Congreso, al ser facultad del Comité Ejecutivo Nacional se violan los artículos 31, literal d; 38,39 y 40 de los Estatutos..
El vicepresidente del PRD critica el hecho de que algunos de los miembros de su corriente hayan sido designados inconsultamente en posiciones dirigenciales señalados por el dedo antidemocrático del designado nuevo presidente del PRD.
Para garantizar la unidad interna, Luis llama a un diálogo, transparente, abierto y unitario….
Señala que, para poder reclamar con credibilidad y calidad moral a la administración peledeísta apego y respeto a las leyes, debemos practicar estas prédicas dentro de nuestra organización, para que nuestro accionar sea cónsono con lo que le solicitamos a otros.
La carta de Luis Abinader no tiene desperdicio. Muestra cuántas razones tenemos los que acudimos ante la Junta Central Electoral para reclamar respeto a los estatutos del partido, a la ley electoral, a la Constitución de la República, y al PRD, que no es, ni puede ser, patrimonio de nadie. Comprobado está que a quienes fuimos a la JCE sólo nos animó y nos anima el deseo de salvar al PRD de quienes quieren privatizarlo. Luis Abinader, en su carta, ha puesto el dedo sobre la llaga.
