Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

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La visa dominicana a chinos

Señor director:

Nos han llegado noticias de que China estaría recomendando a sus nacionales no tener a la República Dominicana como uno de sus destinos turísticos y de negocios preferidos. No le faltan motivos para hacerlo. Y no es que se trate de la calidad de las ofertas en estas áreas. Ni de la inseguridad y delincuencia que ha tocado las puertas a varios extranjeros en los últimos días. Por el contrario, la calificación referente a estos puntos puede ser, sino excelente, aún aceptable.

Ahora, lo que sí desincentiva a los chinos a viajar a nuestro encantador país son las grandes dificultades que encuentra para obtener el visado dominicano. Las peripecias y humillaciones a que son sometidos, ha provocado que miles de turistas, profesionales e inversionistas chinos miren hacia otro lado, donde les dan la bienvenida sin el menor trance a que se exponen aquí, indignante y altamente costoso.

En resto del mundo, enterado y activo en proceso de desarrollo de China, ha optado por dar facilidades a millones y millones de potenciales visitantes, dispuestos a descansar y hacer negocio sobre todo en esta región. Cuba, Bahamas, Trinidad y Tobago, Jamaica, Venezuela y Haití, entre estados vecinos han abierto a sus puertas a tan apreciable mercado, otorgando visas a los ciudadanos de la RPCH, apenas con el boleto de viaje. Estados Unidos, incluso, les ha triplicado la cuota de visado, eliminando trabas en la solicitud.

El relato del viacrucis y duro proceso que deben sortear los chinos para venir aquí revela un maltrato y discriminación inexplicable en pleno siglo de la modernidad, la apertura y la globalización. Situación que habría provocado un informe del embajador norteamericano en Dominicana, para denunciar la venta del visado criollo a chinos, en nuestro consulado en Hong Kong.

Las facilidades y las excelentes atenciones que la oficina de Comercio de la RPCh ofrece a los dominicanos desde hace más de veinte años parece que no han sido suficientes para que el Ministerio de Relaciones Exteriores y nuestros representantes consulares en Asia entiendan la significación de un país cuyo PBI tiende a superar incluso al de los Estados Unidos. Igual incrementos y equidad se refleja en su ingreso percápita. Mientras el mundo gira, cambiando notablemente en materia migratoria, en sus relaciones con China, nuestro país se mantiene rezagado, empecinado en imponer trabas justificadas a principio y a mediados del siglo pasado, debido a las fuertes presiones ejercidas por guerras recientes en medio de una situación calamitosa.

Atentamente,

Eduardo Álvarez

El Nacional

La Voz de Todos