CARTAS DE LOS LECTORES

Con Wessin Chávez
Señor director:
En 1988 se inició en el Partido Quisqueyano Demócrata un amplio programa de organización y renovación de cuadros dirigenciales a nivel nacional, que más tarde pudimos cosechar en las urnas el fruto de tan encomiable labor en equipo.
Bajo las directrices del licenciado Lorenzo Valdez Carrasco, secretario de Organización Nacional a la sazón, un grupo de valiosos dirigentes nos enfrascamos con entusiasmo a «peinar» todo el territorio nacional y hombro con hombro junto a nuestro joven líder, logramos gracias a un trabajo mancomunado, profundo, ser la gran diferencia electoral que otorgaría el triunfo más tarde al doctor Joaquín Balaguer a quien apoyábamos en ese entonces.

Fueron días de glorias para todos los pecudeístas. La entrega al trabajo tesonero y el entusiasmo reinante por obtener el triunfo apetecido se ponía de manifiesto en cada visita realizada por nuestro joven líder a lo largo y ancho del país.

Hoy, el Partido de la mata de plátano luce rezagado, estático y sin dirección, pues sus actuales dirigentes parecen no saber usar la pluma y el papel para defender con gallardía y decoro al doctor Elías Wessin Chávez acorralado en estos momentos por infaustas calumnias y mentiras inventadas por los intolerables enemigos de siempre que suelen poseer el poder para destruir honras y honores, mas nunca podrán vencer la razón y la moral.
Atentamente,
Miguel Antonio Ozuna
¿Cómo es posible?
Señor director:

¿Cómo es posible que las autoridades de Salud Pública recuerden que deben fumigar las viviendas y las cañadas para evitar la propagacióm de enfermedades provocadas por imsectos y ratas entre los barrios pobres del territorio nacional?
¿Cómo es posible que sólo después que la Chikungunya afecta a una proporción importante de la población es que el ministerio de Salud Pública recuerda que debe gestionar, para no decir exigir, a las autoridades municipales que recojan y dispongan adecuadamente la basura?.

Esa actitud desdice mucho de la capacidad operatividad de las autoridades de un ministerio que, más que curar enfermos, está llamado a tomar las medidas necesarias para evitar que la población enferme y muera a destiempo.
Atentamente,
Carmen de Jiménez