El muro
Señor director:
El doctor Vinicio Castillo Semán, representante de Fuerza Nacional Progresista (FNP) en la Cámara de Diputados, propuso solucionar gran parte de los problemas migratorios entre Haití y República Dominicana, construyendo un muro en la franja fronteriza que separa los dos países.
La propuesta del más joven de los abogados de la familia Castillo levantó de inmediato una ola de opiniones a favor y en contra, con sugerencias y señalamientos.
Muy pocos saben que la frontera tiene una longitud lineal de 391 kilómetros, por lo cual resultaría económicamente imposible para República Dominicana levantar un muro en esa extensión, el cual conllevaría una inversión de miles de millones de pesos. Resultaría más económico aumentar la dotación militar de servicio en esa franja.
De esos 391 kilómetros, 172 son fluviales, es decir que los límites divisorios los constituyen cinco ríos, dos arroyos y una cañada, en cuyos cursos o lechos, también resultaría muy costoso construir, no un muro, sino cualquier obra de ingeniería por mas simple que sea.
Además gran parte de la carretera Internacional es un camino de tierra de cuatro metros de ancho, con dos metros sobre territorio haitiano y dos metros en suelo dominicano. En 65 kilómetros de extensión de la vía, desde el río Artibonito, en Pedro Santana, hasta las inmediaciones de Tirolí, en Restauración, la carretera Internacional está sobre la cordillera Central, y es una especie de cerquillo serpenteante al borde de precipicios extremadamente peligrosos, por cuyo motivo no hay posibilidad alguna de construir un muro de separación.
En otros tramos la llamada carretera Internacional es una especie de cañada vecinal, sobre todo en la zona alta a más de mil 500 metros de altura, donde no tiene sentido construir un muro ni otra obra debido al escaso flujo de personas.
El problema de la frontera no se resuelve con muros, sino estableciendo controles eficientes y reglas claras que no puedan ser saltadas por algunos privilegiados que utilizan el cruce de nacionales haitianos hacia República Dominicana como una fuente de ingresos.
Todos podemos opinar sobre la propuesta del muro fronterizo, pero con criterios objetivos y constructivos que tiendan a solucionar el problema, sin exclusiones ni odio.
El doctor Castillo Semán tiene derecho a proponer lo que estime conveniente para el país, aunque esté equivocado.
Atentamente,
Ruddy Germán Pérez
Periodista.