La Patria y sus hijos

La patria herida y en sufrimiento, sin visible recuperación a corto plazo, necesita de hombres y mujeres de buena voluntad que aun no han hipotecado su alma ni su honor por ambición desmedida de poder, y hace un llamado reflexivo por la reparación de la democracia, pervertida por la mala conducta de un amplio puñado de la clase política/partidaria que le ha manchado casi todo su cuerpo.

Es oportuna la ocasión, ante el proceso eleccionario por el voto popular de un alto número de candidatos, desde este octubre, febrero y mayo venideros. Tenemos que estar atentos, y no dejarnos engañar. No votemos por quienes han ensuciado su nombre cogiéndose lo ajeno y cometiendo otros ilícitos.

Ni votemos por los que han cuelquierizado el congreso, ni por aquellos viejos y nuevos postulantes que arrastran actos dolosos.

No votemos por partidos ni candidatos salpicados por tráfico de drogas, ni por corruptos ni corruptores, ni por nadie que huela a mafia, a banda, a Punta Catalina, Sun Land, Tucano, Omsa, cofrecito ni barrilito. Tampoco por los que compraron o vendieron votos para modificar la Carta Magna en beneficio propio y de grupos, ni por manipuladores de leyes aplicadas a su antojo, ni por quienes se enlodaron y no los encartaron.

No votemos por funditas, ni por 300 pesos, ni por promesas vagas y vacías. Los que estuvieron en el poder y no hicieron, ya se les pasó su cartón, no tienen nada que ofrecer y nada van hacer, no les creamos. El bonoluz, bonogás, tarjeta solidaridad. Son un derecho de los más pobres, no un favor de un gobernante. No votemos por los que arrastran cola, ni votemos por los síndicos que no aplicaron el Presupuesto Participativo.

Pensando en la niñez y la juventud cambiemos la proyección del futuro incierto que nos amenaza a causa de los malos modelos de poder que hemos tenido. Votemos por una conducta mejorada, que lleve a su mínima expresión los feminicidios, la inseguridad ciudadana, el latrocinio, los atracos, el tráfico de drogas, la impunidad, la violencia, el caos y el desorden del Intrant, el privilegio y contubernio de las autoridades y los actos ilícitos.

Votemos por un futuro cercano con menos sobresaltos, menos peligro, menos muertos, menos mentirosos, más agua y más luz. Votemos por una patria creciente en valores, con democracia real. Votemos por un país renovado, que mientras más viejo sea más joven. Los limpios somos más. Votemos por la patria y por sus hijos.

Lic. Santiago Martínez