La empresa transnacional Gold Quest anda muy agitada en estos días, incluso tergiversando lo dicho por quienes se oponen a sus planes, resultado de su obsesión por taladrar la cordillera Central en el lado sur tras el oro en la comunidad Los Romero, donde nace el río San Juan y sus afluentes.
Pero resulta que el sector agropecuario de la región sur, y la sociedad sanjuanera en particular, se oponen a la extracción minera en Los Romero, porque no sólo contaminaría al valle, sino a toda la región suroeste.
Ya la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a través del biólogo Luis Carvajal, se han opuesto a la explotación minera por la contaminación.
Esto ha dado origen a un movimiento de ciudadanos, conocido como Suroeste Unido por el Agua y la Vida, que ha realizado charlas, marchas y concentraciones, acompañados de entidades profesionales y las iglesias.
Ahora la Gold Quest ha intensificado su campaña a través de “bocinas” vinculadas siempre a los peores intereses, para que el Gobierno de Luis Abinader le autorice la explotación en Los Romero.
El país debe estar alerta ante un posible zarpazo de la referida transnacional, porque este tipo de empresas tienen episodios muy oscuros, tras la perenne búsqueda y explotación de minerales en nuestra región.
No olvidemos lo revelado por John Perkin en su libro “Confesiones de un Gángster Económico” y los mecanismos mafiosos de esas transnacionales, que llegaron al límite de amenazar e intimidar presidentes.
La negociación de la Barry Gold con Leonel Fernández (97-3) es posible que no sólo mediara la corrupción, sino también la intimidación, si recordamos al Ecuador y la muerte del presidente Jaime Roldós y las amenazas a Rafael Correa.