Un reporte de la Policía Nacional revela que en los primeros 17 días de enero se registraron 56 homicidios en el territorio nacional, de los cuales 31 ocurrieron en conflictos sociales, equivalentes al 55.4 %, lo que supone una mayor cantidad decesos no provocados por premeditación o consumación de algún crimen conexo.
En ese informe se menciona que 26 personas murieron en riñas; doce “en acción legal”, es decir a manos de autoridades policiales o militares; cuatro por parejas o exparejas; tres en intentos de atracos; tres en despojo de motocicletas y armas de fuego, dos por temas de drogas o robo y cuatro aun investigados.
Por lo general, los homicidios “por conflictos sociales” superan a los perpetrados durante la comisión de atracos, asaltos, robo, tráfico de drogas o sicariato, pero debería preocupar a las autoridades que durante en los primeros 17 días 2025, la criminalidad experimenta un repunte.
La semana siguiente al mencionado informe policial, desconocidos asesinaron a plena luz del día a Ramírez Brito, de 44 años, en su almacén, en el sector Hospedaje Yaque, de Santiago, un caso que tendría características de sicariato.
En esa ciudad, dos encapuchados en una motocicleta ejecutaron a Wilson Darío Salazar Hernández, de 57 años, en el sector Camboya, un caso que también se investiga como sicariato, mientras que dos jóvenes fueron abatidos a balazos en el sector Los Ciruelitos, de Santiago, un crimen también atribuido a sicarios.
Un comerciante nativo de Azua fue secuestrado, torturado y asesinado junto a su chofer, en una tragedia ocurrida en la comunidad La Ceiba, de Pedernales, un crimen que habría sido perpetrado por el nacional haitiano Breinson Pie, con fines de robo.
La cantidad de homicidios y asesinatos ocurridos en los primeros 17 días de enero, se ha incrementado notablemente en los últimos nueve días, con preocupante giro hacia el resurgimiento del sicariato en Santiago y casos se atracos y secuestros en otras zonas del país.
De poco sirve que las autoridades literalmente mercadeen jabón en envoltura de queso, o promuevan la especie de que el índice de criminalidad se reduce significativamente, bajo la infeliz premisa de que la mayoría de los homicidios obedecen a “conflictos sociales”. Imposible ocultar la vorágine de delincuencia e inseguridad.