La ventaja de los libros es que transmiten el poder de la información no conocida y que muchas veces es social e históricamente crucial conocerla para analizar el pasado y sacar lecciones para el presente y el futuro.
Los clanes militares (Nivar Seijas, Pérez y Pérez y otros) durante los primeros doce años de los sucesivos gobiernos del doctor Joaquín Balaguer, constituyen un tema que se ha comentado (y denunciado) en diversos momentos, pero nunca como en este libro, Trujillismo más allá de la “Era de Trujillo”, del escritor y vicealmirante ® Eurípides Uribe Peguero, autor de otros títulos en torno a la dinámica militar y excomandante en jefe de la entonces Marina de Guerra (hoy Armada de República Dominicana), que entrega a la sociedad dominicana un estudio detallado de los llamados clanes militares que tuvieron lugar en ese agitado periodo político, 1966-1978.
Uribe Peguero se ha atrevido a exponer el tema en consonancia con su creencia en la transparencia respecto de todos los temas de interés público y en este caso publica este libro en el cual, como nunca antes, expone las características de los grupos militares de poder que tuvieron un rol fundamental en la dinámica política y fueron responsables de graves e importantes hechos.
El autor expone:
General Pedro Rafel Ramón Rodríguez Echavarría (FAD): primer líder militar tras la muerte del dictador, comandante de la Base Aérea de Santiago, al momento del ajusticiamiento de Trujillo, enmarcado en el conjunto de oficiales que auspiciaba Ranfis Trujillo.
Peguero resalta que este líder militar osciló entre la actitud patriótica democrática del 19 de noviembre de 1961, cuando lideró la Revolución de los Pilotos que se expresó en el primer ataque de efectivos militares contra las fuerzas de la dictadura, pero que también protagonizó la “acción deplorable” del 16 de enero de 1962, cuando intentó un golpe de estado, apresando los miembros del golpe de Estado, intentona que fue rápidamente derrotada al serle retirado el respaldo de sus colegas militares. Es, a su juicio, el primer líder de un clan militar.
General Elías Wessin y Wessin (FAD). Militar de marcada inclinación derechista, católico y anticomunista, que se hizo fuerte como comandante del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas, una unidad blindada y de artillería prácticamente autónoma a pesar de que tenía sede en la Base Aérea San Isidro y que fue el líder militar principal en oponerse a la revuelta militar constitucionalista de 1965.
General Neit Rafael Nivar Seijas. (EN y PN) Líder del llamado clan de San Cristóbal. Ascendido a general en 1964. Formó parte de la Junta Cívico Militar planteada por Rodríguez Echavarría, pero que se mantuvo en torno al poder luego de ese desafortunado episodio. Durante los gobiernos de Joaquín Balaguer recibió nombramientos militares y humillaciones, que soportó con lealtad. Fue de los firmantes del documento militar que derrocó a Juan Bosch. Conspiró contra el Triunvirato en una trama que fue detectada.
Fue declaradamente balaguerista. En 1975, Balaguer lo nombra jefe de la Policía para frenar una oleada de pésima imagen creada por la jefatura del mayor general Enrique Pérez y Pérez, por la represión sangrienta contra opositores, por medio del llamado Frente Anticomunista (La Banda).
Esta acción de Balaguer fue parte del juego de poder entre los clanes militares. Dice Uribe Peguero que Nivar Seijas era inteligente, tenía criterio estratégico y político y tenía mejor criterio de militar de carrera.
Mayor General Enrique Pérez Pérez. Graduado en 1951 en la Escuela de Cadetes del Ejército Nacional (previo a la Academia Militar Batalla de las Carreras).
Dice Uribe Peguero que se le atribuye a Pérez y Pérez un nefasto paso por las fuerzas armadas dominicanas, por su carácter represivo, llegando a auspiciar la formación del grupo paramilitar La Banda, ya mencionado, responsable de la muerte de decenas (quien sabe si centenares) de opositores y que tuvo un punto de quiebra por la macabra desaparición, muerte y desmembramiento de cinco socios del Club Deportivo y Cultural Héctor J. Díaz (del sector Capotillo), secuestrado por sicarios de La Banda, ante la indiferencia de la policía dirigida por Pérez y Pérez, lo que determinó su destitución por Balaguer con el nombramiento de Nivar Seijas.