Opinión Articulistas

Coadjutor y sucesor

Coadjutor y sucesor

Rafael Peralta Romero

 A propósito de la designación del obis­po Carlos Tomás Morel como arzo­bispo coadjutor de la Arquidiócesis de Santo Domingo, publiqué un comen­tario en Facebook que, tomando en cuenta algunas reacciones, creo conve­niente explicitar. Al parecer, la feligre­sía presta poca atención a la historia de la Iglesia católica.

Mi publicación señalaba que cuando nació monseñor Morel Diplán, 1969, en la Arquidiócesis hubo un arzobispo coadjutor. Se trata de Hugo Eduardo Polanco Brito. Pero este no sucedió al arzobispo titular, monseñor Octavio Antonio Beras. Vale precisar que Po­lanco fue arzobispo coadjutor desde enero de 1970.

En esa fecha, Tomás Morel tenía tres meses de nacido. Cuando él nació, Po­lanco Brito era administrador apostó­lico. Designado en diciembre de 1965, había tomado posesión el 4 de enero de 1966. La sede seguía canónicamen­te ocupada por monseñor Beras, sin embargo, Polanco ejercía el gobierno eclesial.

Polanco gobernó la diócesis de Santia­go, de la cual fue el primer obispo, has­ta 1966. Es poco común que un obispo diocesano quiera dejar su territorio para desempeñarse en otro lugar como administrador apostólico, se precisa mucha humildad, y no era esa la virtud más notable del prelado salcedense.

La marginación de Beras mermó a partir de 1970, cuando monseñor Po­lanco Brito fue promovido a arzobispo coadjutor para pastorear la grey junto al titular. Ocurrió hasta el 12 de mayo de 1975 cuando el coadjutor fue desig­nado obispo residencial de la diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, con sede en Higüey.

Lo que pasó con monseñor Beras es poco conocido, pero lo cierto es que el papa Pablo VI lo apartó del gobier­no episcopal sin despojarlo de la sede. Contaba entonces sesenta años, pues nació en 1906. Alguna vez le pregunté a Máximo Avilés Blonda, intelectual ca­tólico, sobre este hecho y solo respon­dió: “Fue una trastada que le hicieron a Beras”.

Pese a casi una década al frente de la Arquidiócesis, Polanco Brito no fue sucesor de Beras. El seibano, en cam­bio, fue nombrado en mayo de 1945 arzobispo coadjutor con derecho a su­cesión de la Arquidiócesis y alcanzó la condición de primado en 1961, cuando falleció el titular, monseñor Ricardo Pittini.

Carlos Tomás Morel fungió como obis­po auxiliar en Santiago desde febrero de 2017. En diciembre de 2024 tomó posesión como obispo diocesano de La Vega. León XIV ha sido categóri­co al nombrarlo arzobispo coadjutor y sucesor de monseñor Francisco Ozo­ria, cuando este haya cumplido los 75 años. Será una transición armónica. Así lo quiso el papa.