Tono alentador
Resulta más alentador el tono con que el director de Migración, José Ricardo Taveras, aborda la siempre conflictiva inmigración haitiana. No se sabe si ha sido después de la designación de Andrés Navarro como ministro de Relaciones Exteriores, pero lo cierto es que de un tiempo a esta parte el lenguaje de Taveras es más diplomático.
Hay que compartir su declaración en el sentido de que el tema migratorio debe manejarse con madurez “para poder hacer frente a las dificultades geopolíticas que a largo plazo pudieran afectar a la isla en materia de recursos naturales y cuencas hidrográficas, lo que, además, se puede traducir en inestabilidad”.
Ese discurso moderado y no apagar el fuego con gasolina es lo que se necesita para abordar una problemática que, como reconoció, se ha agravado por esa falta “de institucionalidad histórica que se fue cocinando a través de los años”.
Los sectores que sustentan un discurso incendiario deben abrevar en las atinadas observaciones del director de Migración para encarar el conflicto de los haitianos y sus descendientes que residen en el país. Porque, en honor a la verdad, se trata de un problema que tiene que abordarse por las vías diplomáticas.
