Juego sucio

La conversación telefónica con el diputado Henry Merán en que su colega Rubén Maldonado amenaza con pegar fuego a la cámara legislativa si se cancela a algún seguidor de Leonel Fernández no puede verse, porque no es, como un caso aislado. Se está ante una violación que el presidente del cuerpo, Radhamés Camacho, debería pedir que se investigue y no solo garantizar la permanencia en sus puestos de los servidores administrativos que no son afines al Gobierno.

La grabación y difusión ilegal de la conversación forma parte del juego sucio que ha debido ser desterrado tanto del quehacer político como de otras prácticas en República Dominicana.

Lejos de aceptarse como una cultura el espionaje telefónico sin orden de un juez tiene que perseguirse con responsabilidad para proteger el derecho a la privacidad que consagran las leyes.

Si las autoridades se lo proponen no sería difícil determinar quién grabó y divulgó una conversación que, por demás, evidencia el alto grado alcanzado por las confrontaciones tras la salida de Leonel Fernández y sus seguidores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para conformar La Fuerza del Pueblo.