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Comercio va a la quiebra en la Ciudad Colonial SD

Comercio va a la quiebra en la Ciudad Colonial  SD

Tiendas, restaurantes y otros negocios establecidos en esa zona de la capital dominicana no cubren ni los costos, debido a la lentitud en trabajos de remodelación

 

Las actividades comerciales y empresariales en la Ciudad Colonial languidecen entre el polvo, las zanjas, los hoyos, los ruidos y el caos en el tránsito, debido a las demoras y las improvisaciones que caracterizan los trabajos de rescate y embellecimiento que realiza en el lugar el Ministerio de Turismo.

Debido a la falta de público, las ventas de esa zona turística bajaron en un 70 por ciento, desde noviembre de 2013, cuando fueron iniciados los trabajos.

“Estamos al borde de la quiebra”, afirmaron algunos propietarios y administradores de restaurantes, tiendas de regalos, impresoras, hoteles, bares, colmados, agencias de viajes y otros establecimiento.

Aseguraron que se sienten burlados y engañados por las autoridades de Turismo que les prometieron que la intervención de la zona concluiría en pocos meses.

“Hemos quedado como en una especie de encerrona, donde los clientes de nuestros negocios no pueden moverse, no pueden circular libremente”, aseguró Virtudes Uribe, propietaria de la librería La Trinitaria.

Los guias turísticos se niegan a llevar los visitantes extranjeros a los negocios de la zona, temerosos de que sigan sufriendo de torceduras, rasguños y males respiratorios, debido a los obstáculos que les impiden el libre movimiento, el polvo y la contaminación.

“No hay un sólo día que no se caiga alguien tratando de entrar a la tienda”, aseguró Santa Presinal, de la tienda de joyas criollas Laura Tosato, ubicada en la calle Arzobispo Meriño.

Sobre las vicisitudes que sufren por la tardanza para terminar la obra hablaron, también, los comerciantes Jacqueline Santana, de la tienda Ámbar Azul; José Rafael Espinal, de La Placita; Robinson Alvarado, de Serigrafía Alvarado; Benito Cruz y Roberto Rodríguez de la impresora RL.

Además, Valentín Bergal, de Tabacos Dominicanos; Rosmery Aybar, del hotel y la cafetería El Conde y Julían Núñez, de la tienda de regalos Tío Juan.

“Los trabajadores se pasan los días haciendo chistes, mientras los comerciantes esperamos que termine este infierno en que nos han metido. Tenemos pérdidas en toda la tienda, desde hace meses”, precisó Julián Núñez.

 

La remodelación abarca las céntricas calles Arzobispo Meriño, Isabel La Católica, Luperón, Restauración y Padre Billini, donde está paralizado el tránsito de vehículo y el de peatones se produce entre peligrosos obstáculos.

Como consecuencia, Los turistas deben caminar varias calles arrastrando las maletas para llegar a los hoteles de la zona. Algunos visitantes dejan el dinero que pagaron por las habitaciones y se marchan, cansados de pasar incomodidades.

Jacqueline Santana aseguró que los turistas que se arriesgan a visitar la Ciudad Colonial no quedan con deseos de volver.

Aseguró que paga RD$26,00 por el local donde opera su tienda y que, de diciembre a la fecha no ha vendido esa suma.

“Estamos al borde de la quiebra, porque el resultado de las ventas no alcanza para pagar salarios, energía eléctrica y locales”, afirmó Espinal.

“Ni por aquí pasan los responsables de la obra a explicarnos qué sucede”, siguió diciendo.

“Hay mucha falta de planificación” dijo Aybar, refiriéndose a la lentitud de la obra, que se desarrolla con un financiamiento de 32 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Ellos tenían que haber terminado en un mes y llevan un año, sin que se perfile el fin de este desastre. La actividad turística se redujo a cero”, se quejó.

Se quejó del asedio de los agentes de la Autoridad Matropolitana de Transporte (AMET) contra los clientes y los suplidores de los negocios de la zona, a quienes multan cuando logran estacionarse en algún lugar, sin tomar en cuenta los inconvenientes que confrontan.

Benito Cruz y Roberto Rodríguez de la impresora RL, contaron que pasan los días sentados en la puerta del negocio sin que nadie contrate sus servicios.

“Los clientes se fueron, no hay nada que hacer” , expresaron.

El proyecto de remodelación incluye la mejora integral de las calles de la Ciudad Colonial, soterrar los cables de los servicios eléctrico y telefónico, nivelar el pavimento, corregir las anomalías en el drenaje pluvial, la iluminación y la vegetación.

También, un Plan de Movilidad Sostenible, que establecerá un control vehicular, ciclo vías, estación de transporte multimodal, aparcamientos en superficie y señalización vial. Además, la restauración de las fachadas de los edificios.

Empero, algunos comerciantes cuestionan la calidad y la falta de estética en el desarrollo de los trabajos que, a su juicio, restan colorido a la zona.

El Nacional

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