Una sonrisa nunca muere
En lo más hondo del alma, hay sonrisas que no se marchan nunca. Sonrisas que nos marcan una luz en el camino.
Actitudes de bondad y eficiencia, armonía en el trabajo y amistad expresada de modo simple y directo, que se niegan a abandonarnos, aun más allá de la partida de los ángeles que han sido eso y han sido así…
Confieso que sigo sintiendo el perfume y la bondad de su sonrisa y que la percibo cada vez que veo su módulo de trabajo, ahora vacío.
Durante 24 años permaneció esta mujer entre los periodistas de El Nacional, una de las más hermosas sonrisas que se recuerden.
Durante ese tiempo fue una colaboradora excepcional desde su labor como diagramadora y diseñadora de las páginas de este diario. Mucha de la elegancia en la colocación de textos, fotos y títulos, se debió a la creatividad de esta mujer.
Egresada de la Escuela de Publicidad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tuvo en toda su vida, este único trabajo, que desarrolló con una pasión permanente y tranquila. Fue remanso de paz. Su voz, suave y armoniosa, todavía se siente en las esquinas de la historia emotiva. Aun se siente con nosotros.
Yuberkis Almonte Castro (Yube) fue apartada de nuestra existencia por un cáncer del pulmón (a pesar de que nunca fumó, hábito tóxico que no se permitió jamás en la redacción de este periódico).
Luchó contra esta condición de salud hasta donde le fue posible e imposible.
Yube se nos fue físicamente. Pero queda su sonrisa. Su recuerdo y su ejemplo. Paz a sus restos.