Semana

Como cada domingo

Como cada domingo

Usted puede ser creyente o no. Puede dar validez a la acción de la voluntad divina, o no. Pero cuando uno se encuentra con las sinceras lágrimas de una mujer dominicana, Martina Benítez Duval, testigo vivo de la acción médica y de fe, ante un agresivo cáncer (Grado 4) de su mama izquierda, que detectó inicialmente como “una bolita” en su seno, entonces es como para pensarlo.

Esta empleada privada, sin renombre publico alguno, la encontramos casi por casualidad, y en oportunidad de contar su historia, su testimonio: en diciembre de 2003, se sintió a finales de ese año, en el seno izquierdo una bolita, por lo que inició un recorrido por médicos, centros y plazas de salud, resultado de lo cual se le hizo una sono-mamografía.

??

En enero de 2004 en la Clínica Gómez Patino se le entrega el diagnóstico: CA de Mama izquierda agresivo (grado 4), por lo que cinco días más tarde, el 13 de enero era sometida a una extirpación de seno (mastectomía izquierda radical). Posteriormente la intervención médica se expresaría en 8 quimioterapias y 28 radiaciones en el Instituto Oncológico Dr. Heriberto Pieter.

Esta mujer, madre de dos hijos (Elián José, 16 años, y Elianna, de dos) sintió que en su seno derecho había otra bolita, en un proceso de descubrimiento similar al acontecido antes.

Fue a la Casa de la Anunciación, donde una de las mujeres que llevaba el servicio (y que no la conocía, no habían hablado) dijo: “Aquí hay una mujer que tiene una nueva amenaza de cáncer en su seno. Señor, pásale tu mano”.

Y al efecto, sin tratamiento alguno, esta mujer sintió que la nueva bolita desaparecía en su cuerpo.

Y nos dice: “El cáncer tiene cura si se detecta a tiempo. Toda enfermedad es curable, excepto la enfermedad del alma.
Basta con creer con fe en que es posible superarlo todo y hacer lo necesario para apoyar el proceso”.