La influencia china hace rato que llegó y se asentó en Amazon, que vive afinando -o desafinando- su oferta para parecerse lo más posible a la competencia de ese país, siendo uno de sus últimos esfuerzos Amazon Haul.

Todo sea por vender y por obtener ganancias, dirán los ejecutivos que toman estas decisiones, pero entonces… hay un grave problema de consumismo y desperdicio que tan solo empeora por estos modelos de mercancía abundante, barata y mala.

De un tiempo a esta parte, se hace difícil rebuscar dentro de la oferta Amazon artículos que no sean chinos, y eso incluye ropa, accesorios y zapatos.

No es que se esté en contra de la mercancía china, pues es un hecho que de ese país salen piezas de gran calidad y conceptos interesantes. Lo malo en el caso de Amazon y opciones como Temu o Shein es que los precios son ridículamente bajos, y todos sabemos lo que eso significa.

Coincidencia o no, en la medida en que Amazon parece darle prioridad a la oferta china, han ido en declive sus procesos. Cierto es que la pandemia jugó y sigue jugando un papel en entregas que ya no son tan rápidas o inmediatas, pero parece haber algo más.

Las quejas llueven, especialmente con el famoso AmazonPrime, cuyos tiempos de entrega son ahora de hasta 3 semanas, y cuidado.

Por supuesto, no ayuda la huelga organizada por un sindicato que representa a 7,000 empleados de Amazon, la cual finalizó en la víspera de Navidad.

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La huelga, que tuvo manifestaciones desde Nueva York hasta San Francisco, exigía mejores condiciones de trabajo y mejor paga.

Rumores de malas condiciones de trabajo en Amazon abundan desde hace años, y no es la primera vez que se hacen huelgas o protestas en contra de la compañía. Tampoco será la última, al decir de representantes del sindicato Teamsters.

Según reportes, Teamsters representa los derechos de conductores que trabajan en las entregas de Amazon, un personal que Amazon no considera parte de su empleomanía porque se trata de personal que trabaja para contratistas.

A raíz de esta huelga, que se había realizado previamente en una fecha clave y que se seguirá repitiendo, hay reportes de que Amazon aceleraría la sustitución de personal humano por robots para evitar estas situaciones. Tal movida tomará tiempo, pero ofrece igualmente una mirada preliminar a un futuro que está al doblar la esquina.

A la mala oferta que últimamente caracteriza a Amazon y la lentitud en las entregas hay que sumar un servicio al cliente que, si bien responde oportunamente, no necesariamente satisface la necesidad o el reclamo manifestado. Los representantes, que se asume son personas y no robots, se muestran diligentes, pero al final todo se queda en gestiones y promesas vacías.

Al final del día, ya sea porque los comercios no terminan de recuperarse de los efectos de la pandemia, porque las compañías cuando crecen demasiado relajan sus estándares o porque la oferta es de baja calidad, cualquiera lo piensa dos veces antes de comprar por Amazon.