Opinión Articulistas

Corrupción estructurada

Corrupción estructurada

Manuel Fermín

La experiencia en la República Dominicana nos enseña que para los asuntos electorales, el poder es inductor de recursos, y de abusos, para los procesos de elección popular.

Querría detenerme en ese aspecto de los recursos económicos que suele considerarse como crucial. En el sector agropecuario a través del tiempo se ha abierto una llave que suministra inmensa plata por vía de la venta de licencias de importación de alimentos de alto consumo.

Bajo esta intoxicante conducta de expoliación al pueblo, y que el propio ex presidente Medina dijo: “antes ese dinero se perdía en los pasillos del Palacio Nacional”, esta corruptela hubo de ser utilizada como paradigma individualista y clientelista por su gobierno, para su innovación caprichosa de las visitas sorpresas.

Como se puede ver, con el control del poder político en esa área oficial (agro), y la asombrosa tolerancia a graves casos de corrupción, es entendible que se dé inicio a la vieja práctica en el sector arrocero, ajo, cebollas, habichuelas, etc.

La verdad que en nuestra tradición, el Estado es un dios secular, callejero que provee favores, prebendas, pero en exclusiva a los que mandan, y precisamente para quien se recaba sería para un grupo que actúa a sus anchas, como una secta dentro del oficialismo.

Es penoso que sigan ocurriendo prácticas como estas que pudren los gobiernos, porque quienes ostentan el poder, tienen una enorme responsabilidad de orientar y proteger.

Pero hoy no ocurre así, se quieren construir liderazgos, no con el modelo de una figura carismática capaz de seducir por su fuerza de atracción personal, su capacidad, su honradez y honestidad, su vocación de servicio, y que genere confianza.

No, ahora se construyen a base de “papeleta pura” para sumar voluntades muy pobres y desentendidas, es decir, a mala ciudadanía. Se puede intuir que la sombra de la sospecha de la corrupción y la impunidad no sólo camina junto a esta Administración, es que han creado un medio ambiente obscenamente despreciable.