Ante la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento económico, que ahora se proyecta en torno al 3 % para el 2025, gremios empresariales, economistas y litorales políticos coinciden en la necesidad de que el Gobierno incremente la inversión de capital como forma de estimular el dinamismo de la economía.
Si el PIB dominicano cierra este año entre un 3.0 % a 3.5 %, el mundo no se acabaría, ni tampoco sería tildado como una catástrofe económica, pero sí como un preocupante punto de inflexión que, si el registro es menor,marcaría el fin de una larga tendencia de crecimiento promedio en torno al potencial del 5 por ciento.
La inyección de liquidez del Banco Central a la económica por más de 50 mil millones de pesos en financiamiento hacia los diversos sectores productivos a una tasa de interés no mayor del 9 %, representa un gran impulso en la dirección a la meta de apuntalar crecimiento con baja inflación.
Un entorno externo de incertidumbre económica y geopolítica oscurece el panorama económico a nivel global con revisiones a la baja de todas las estadísticas referidas a crecimiento económico, control de inflación, consumo e inversión.
Puedes leer: Paliza atribuye a factores externos reducción expectativas crecimiento Producto Interno Bruto
El mayor motivo de preocupación lo constituye la baja inversión pública consignada en el Presupuesto General del Estado (2.2 % del PIB), que además registró una reducción de un 29 % en el primer cuatrimestre, según reporte de la Dirección de Presupuesto.
Los sectores turismo, construcción y minería muestran rezagos en sus aportes a la economía, lo que se atribuye a la reducción del ingreso de turistas desde Estados Unidos, a déficit de mano de obra extranjera y a excesiva burocracia en el otorgamiento de licencias para extracción en minas y canteras.
Se asume como perjudicial para la economía dominicana el panorama global matizado por conflictos geopolíticos, guerras de aranceles y volatilidad de precios, pero en el ámbito interno se señala a la drástica reducción oficial en inversión de capital, como el problema mayor.
El ministro de la Presidencia José Ignacio Paliza descartó toda posibilidad de que el Gobierno procure remedio al déficit fiscal a través de una nueva reforma fiscal, lo que quiere decir que el mayor peso y responsabilidad del crecimiento económico quedaría de casi exclusivamente del lado monetario, obligado a cumplir su cometido de reactivar el crecimiento.