Opinión

Crisis en el PLD

Crisis en el PLD

Rafael Grullón

Cuando el PLD participó en las elecciones de 1978 y sacó 18 mil votos, muchos en la opinión pública proclamaron “El viejo está acabado”, en referencia a su fundador, Juan Bosch. Figuras como Milagros Ortiz Bosch y Bosco Guerrero abandonaron el Partido en ciernes.

A ése episodio le siguió la crisis interna provocada por Tonito Abreu cuya administración al frente de la Secretaría General Juan Bosch la describió como una especie de pulpería o ventorrillo, donde se apuntan las cuentas en papel de funda.
Purgado Tonito Abreu le tocó al secretario general que lo sustituyó, Rafael Alburquerque, encabezar otra crisis. Lo más llamativo de esta última, fue que Bosch retó a Alburquerque a un duelo en el campus de la UASD.

Lidio Cadet, quien se hizo famoso con la expresión “Ay, mamacita, estos perredeistas quieren “la tierra, el cielo y la ñapa”, fue el secretario general que cubrió la etapa del desarrollo del PLD. En el transcurso, el ido a destiempo Norge Botello enfrentó inteligentemente a Bosch y entregó un millón de pesos prestados para Vanguardia del Pueblo.

Bosch renunció del PLD, provocando una crisis en el 1991. Alfonso, un periodista de Noti Tiempo, a quien llamábamos Juan Pablo Duarte, altamente preocupado ante la crisis peledeísta nos dijo: “Grullón, yo no concibo al PLD sin Juan Bosch”. Todavía en los partidos no se entiende bien que sus respectivas imágenes están en los rostros de sus dirigentes históricos.

Bosch dejó en el Poder al PLD, consolidándose el Comité Político, que ha generado dos líderes. Cuando Leonel se vio precisado a renunciar a buscar un tercer mandato citó a Aníbal, quien proclamó ante una de sus batallas “Puedo tomar la ciudad, pero la destruiría”. Los que tienen sus manos el Pandero en el PLD deben entender que los hombres no se juzgan como comienzan, sino como terminan.

El Nacional

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