Además de la violencia y la inseguridad impuestas por las pandillas criminales, la tragedia provocada por la tormenta Melissa complican en grado sumo la organización de un proceso electoral en Haití en lo que resta de año.
Las autoridades haitianas y los representantes de partidos políticos y de la sociedad civil tienen que fomentar un ambiente propicio y ponerse de acuerdo sobre una fecha para celebrar los comicios. Los sectores más representativos deben hacer un mayor esfuerzo para redimir su país del caos y comenzar a trillar los senderos institucionales.
El propio secretario general de la OEA, Albert Ramdin, reconoció lo difícil que resulta celebrar elecciones en la vecina nación antes de febrero de 2026. A las muertes y la inseguridad causadas por las pandillas se agregan los estragos provocados por el fenómeno atmosférico.
El caos en Haití es tan mayúsculo que ni siquiera las tropas internacionales lideradas por Kenia pudieron restaurar el orden y la seguridad. Tampoco lo ha logrado la fuerza antipandillas desplegada por las Naciones Unidas con el auspicio de Estados Unidos.
Todas las condiciones para la organización de los comicios nunca estarán dadas, pero ahora mismo no existen ni siquiera mínimas.

