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Crónicas portuguesas

Crónicas portuguesas

Fidelio Despradel

(I)
Chiqui y yo acabamos de llegar de Portugal. Chiqui tenía la puesta en circulación de la traducción al portugués de su novela Sireno, y yo correspondía a una invitación que me hicieran los militares protagonistas y directivos de la llamada “Revolución de los Claveles”, iniciada por una parte de los militares portugueses el 24 de abril de 1964, precisamente, un año antes de nuestra Revolución de Abril de 1965.

Nuestro país ha sido transformado, para mal, después de la Revolución de Abril de 1965, en especial la juventud y otros amplios sectores de la población, como consecuencia de la acción de quienes han dominado la República Dominicana desde aquella gesta.

No tenemos ahora aquellas generaciones de jóvenes y de clase media que estremecieron nuestro país, con su ímpetu y espíritu patriótico y de combate, en aquellos “años de luz”, alrededor y orientados por el ejemplo de Manolo Tavárez, Minerva y los grupos de acción política que en aquellos “instantes” pusieron sus espíritus y fuerzas al servicio de la consolidación de una nación soberana, próspera y solidaria, como lo soñaron los fundadores de la patria y el pueblo combatiente.

RD transformada para mal
El imperialismo norteamericano, la oligarquía y muchos de sus personajes y Partidos (en especial Leonel Fernández, Danilo Medina y el PLD), quienes durante las últimas décadas, nos han impuesto este país, totalmente desdibujado, y contrario, a los sueños de sus Padres de la Patria y sus más progresistas generaciones políticas.

De eso necesito hablarles en ocasión del magnífico encuentro con los altos oficiales, ya envejecidos, de la “Revolución de los Claveles” en Portugal y de la visita a la cárcel política situada en el Castillo de Caxias, a donde fuimos enviados, en mayo de 1964, (amarrados a los asientos de un avión de Pan American, desde el aeropuerto militar de San Isidro), 36 de los más destacados miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, encarcelados en La Victoria, después de la Insurrección de Noviembre de 1963.

No puedo dejar de mencionar, en este primer documento, la gentileza y colaboración del señor embajador dominicano en Portugal, el amigo e intelectual, Miguel Angel Prestol, y del personal de la embajada, y la gran calidad de la puesta en circulación de la versión portuguesa de la novela de Chiqui Vicioso, efectuada, a casa llena, en el imponente edificio de la Fundación José Saramago, todo ello bajo la entusiasta dirección de Pilar del Rio, viuda del novelista y poeta portugués, José Saramago.

Por: Fidelio Despradel
fideliodespradel@gmail.com

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