A RAJATABA

Cuando más crece la economía, menos confianza en la democracia: ¿qué pasa en RD?

Cuando más crece la economía, menos confianza en la democracia: ¿qué pasa en RD?

Cuando el profesor Juan Bosch fue elegido presidente de la República, el 20 de diciembre de 1963, el Producto Interno Bruto (PIB) era menos de US$4,000 millones, y cuando se declaró la revuelta armada, el 24 de abril de 1965, en reclamo de su retorno al poder, no excedía los US$5,000 millones, lo que indica que un pueblo pobre defendía con propia vida su democracia.

Un axioma elemental de la sociología política postula que en la medida que  se incrementan las condiciones materiales de una sociedad, asimismo aumenta la conciencia social y se fortalecen las estructuras jurídicas institucionales del Estado, pero aquí parece que la receta funciona a la inversa.

Cuando Rafael Trujillo ascendió al Poder, en 1930, la economía estaba sumida en la ruina, con las aduanas bajo control de Estados Unidos y otros acreedores internacionales, y a pocos días de su juramentación Santo Domingo fue destruida por el ciclón San Zenón.

Por más de tres décadas el pueblo dominicano, sumido en la más abyecta miseria, fue subyugado por una tiranía sin ejemplo, cuya resistencia a ese régimen se incrementó en la medida que aumentaba el PIB nacional, al punto que al otro día del ajusticiamiento de Trujillo se acercaba a los US$3,000 millones.

La fórmula pre citada indica que a mayor pobreza menos democracia y más represión y marginalidad, por lo que el espacio democrático que hoy exhibe la sociedad dominicana debería reflejar un nivel de consolidación  acorde con un PIB superior a los US$120 mil millones, frente a los menos de US$3,000 de cuando ajusticiaron al sátrapa.

En la primera gestión de gobierno del presidente Leonel Fernández, el PIB aumentó a US$21 mil millones, se redujo a US$19 mil al final del gobierno del Hipólito Mejia, tras lo cual se disparó a casi cien mil millones de dólares  en sucesivas administraciones del PLD y PRM, por lo que  hoy supera los US$120 mil millones.

Esa es la razón por la cual aquí operan los tres poderes del Estado en condiciones de relativa independencia, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Ministerio Publico, Consejo Nacional de la Magistratura, Consejo del Poder Judicial y del Ministerio Publico, Tribunal Superior Electoral y Junta Central Electoral, y Poder Municipal, entre otras instituciones que conforman la base de la democracia política.

Resulta inexplicable que haya crecido  durante décadas en promedio más de un 5%, con un per cápita de casi 10 mil dólares  e ingresos en divisas de US$43,000  millones de dólares anuales, la mayoría de los ciudadanos parecen inclinarse más por regímenes de fuerza y no por la democracia. ¿Qué pasa?