La gran mayoría de las firmas encuestadoras del país, dan al Presidente Luis Abinader y su Partido Revolucionario Moderno (PRM) como los favoritos para ganar en el certamen de mayo. Según observo, algunos de los dirigentes de esa entidad, ya están celebrando. Esto resulta ser muy negativo, tanto para el partido mismo como para el candidato al primer puesto del Estado, así como para quienes aspiran a continuar o a llegar al Congreso Nacional.

Ha sido el triunfalismo el elemento que ha llevado a muchos a creerse los dioses de su habitad. Esto ha ocasionado derrotas en todos los órdenes, pues lejos de ser un buen síntoma, este es el peor enemigo que pueda tener ser humano o institución alguna, sobre todo, en las lides políticas, en donde las fluctuaciones de simpatías están a la orden del día, y mas aun en estos nuestros países con serias carencias de educación en esta materia.

Mal están haciendo muchos de los dirigentes del PRM, los cuales se están montando en el carro del triunfalismo y están olvidando que la oposición tiene vida, y que esa vida la están consagrando en estas últimas semanas a buscar fórmulas (aunque sean mágicas) que tiendan a bajar la popularidad de un Presidente, que como Abinader, se encuentra en la cumbre de la preferencia del electorado.

Como politólogo hemos dicho que la popularidad en estos casos es semejante a un globo como los que se usan en los cumpleaños, este según se va inflando más hermoso se le ve, pero también según se va haciendo más visible, se expone más a ser explotado por una simple puyita de verdolaga, esto así, si no se saben mantener (en este caso), los altos niveles de popularidad con la debida inteligencia política emocional, algo que los amigos del PRM deben tomar en cuenta.