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Cuidado con los chismes

Cuidado con los chismes

José Antonio Torres

Desde que el Gobierno de Luis Abinader arribó a su segundo año surgieron los rumores de cambios en el gabinete y no hubo tertulias ni encuentros de dominó en el que no se hicieran cambios de funcionarios.

Sin embargo, pasado los días se disiparon los rumores, pero ahora parece que vuelven a soplar los vientos de las zancadillas, triquiñuelas y golpes bajos. Lo digo con conocimiento de causa e informaciones fidedignas.

Hay gente que pretende echar lodo a la gestión de funcionarios que han mostrado no sólo lealtad hacia el mandatario sino capacidad absoluta de trabajo y cumplimiento al pie de la letra las responsabilidades asignadas.

Tal es el caso del ministro de Viviendas y Hábitat, ingeniero Carlos Bonilla, contra quien se ciernen nubarrones que arman una campaña en su contra con el mero propósito de mermar el éxito alcanzado como funcionario diáfano y transparente.

Sin embargo, los cerebros de las calumnias y mentiras saben qué, con el paso del tiempo, la verdad, como el corcho subirá a la superficie sin importar que tan profunda se le oculte.

Quizás el dinamismo mostrado en el cumplimiento de sus responsabilidades ha provocado roncha en algunos sectores, que sin argumentos valederos no lo ven con buenos ojos. Estoy seguro que no se trata de la envidia del poder, porque en la política no existe la envidia sino sólo intereses.

Por suerte que el presidente Abinader no es un hombre al que se puede influenciar con campañas mediáticas, y en sólo dos años ha aprendido a sortear muy bien los dardos venenosos de cercanos y lejanos.

Los funcionarios como el ingeniero Carlos Bonilla, trabajan sin temores, porque saben que sus largas jornadas de sacrificios es un legado que permanecerá en el tiempo. Ojalá el mandatario tuviera la suerte de tener más hombres con el carácter y la disposición de colaboración de este joven funcionario.
Son varios los casos que chismes azuzados desde la oscuridad terminan con la carrera de excelentes funcionarios, buenos políticos y profesionales, pero esperamos que ese no sea el caso ahora.